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#CancelNetflix: ¿será que estamos llegando al límite con la agenda paralela?
Cuties

#CancelNetflix: ¿será que estamos llegando al límite con la agenda paralela?

Hay en redes sociales, sobre todo en Twitter, un fenómeno que se llama “cancel culture”, donde se llama a boicotear a todo aquel que represente intereses o posturas que vayan en contra de la nueva sensibilidad que acompaña a una sociedad global que de repente se quiere pintar como inclusiva y tolerante de cualquier comportamiento, por muy extraño o desviado que este sea. 



El fenómeno, que bien podría llamarse “cultura de cancelación” en español, se ha visto aplicado en tiempos recientes a figuras como J.K. Rowling, la autora de la saga Harry Potter, quien cayó en desgracia por no prestarse al jueguito de etiquetas “no binarias” que promeven los activistas transgénero. Igual le ocurrió a marcas como Aunt Jemima, que pertenece a Quaker Oats, y Uncle Bens, parte de Mars Incorporated, por ser consideradas racistas y anacrónicas en esta época iluminada. 

¿A qué viene este preámbulo? A que, para variar, la cultura de cancelación se está aplicando a la inversa, siendo el infractor en esta ocasión nada menos que Netflix, el servicio de streaming que ha venido a ser la tabla de salvación para muchos durante esta pandemia por COVID-19. 

Lo de Netflix es algo que se veía venir, pues no es la primera vez que se le cae encima a esta plataforma por lo que se percibe como una promoción de antivalores y de intereses muy específicos que pertenecen a la agenda paralela que pretende normalizar cuestiones como las etiquetas no binarias, el concepto de baños públicos bisex, fluidez de género y otros fenómenos propios de una sociedad que con cada día que pasa tiende más a los extremos, exhibiendo de paso una sensibilidad insospechada. 

Ya Netflix tuvo un ensayo con la película parodia protagonizada por un jesucristo homosexual, pero, como muchas cosas de este tiempo, la indignación fue efímera. Pese a la brevedad del episodio, hubo usuarios de Netflix que de manera consciente decidieron echar un ojo más detallado a la plataforma y estudiar sus movimientos más de cerca con tal de determinar si aquello fue una mera coincidencia o si, por el contrario, forma parte de un plan más amplio y orquestado. 

Hay varios títulos en Netflix que denotan contenidos que parecen acoplarse a esa agenda paralela que desde las redes sociales, Hollywood y demás se viene forzando sobre un mundo mayormente incauto. Lo más reciente ha sido una controversial película francesa llamada “Cuties” (“Mignonnes” en su idioma original), y es de ahí donde ha venido el llamado a cancelar Netflix bajo los hashtags #CancelNetflix y #BoycottNetflix.

Lo curioso del caso es que, según se denuncia, Netflix varió la esencia de la película y su mensaje a la hora de promocionarla, dando pie a a la controversia que hoy se convirtió en ira contra la plataforma. Según la directora del largometraje, Mignonnes es un llamado de atención ante la creciente sexualización de niñas preadolescentes, fenómeno más que evidente a varios niveles. Una mirada al avance promocionado, sin embargo, da la impresión de lo contrario, pues más bien parece glorificar y explotar esa situación. Como para que no queden dudas, el propio póster promocional -que en nada se parece al original- es bastante provocador. 

Cuties y mignonnes

Aquí están los pósters de la película: a la izquierda el ne Netflix, a la derecha, el original

 

Quizás cancelar la suscripción a Netflix no sea la solución a un problema donde hay muchos sectores involucrados con una agenda paralela que poco a poco se manifiesta y que va en contra de lo que hasta hace unos pocos años se consideraba normal y deseable. En el mundo de hoy lo extremo es lo que reina y se celebra, sin importar cuan desviado o dañino sea, con el agravante de que la gente educada de manera tradicional automáticamente se convierte en paria si osa quejarse o estar en desacuerdo. 

Por lo descrito más arriba es que resulta refrescante que el fenómeno de cancelación contra Netflix, motivado por la controversia Cuties, venga del lado “contrario”, es decir, de gente que no condona la pedofilia, la pederastia o la explotación sexual infantil de cualquier tipo. Quizás sea un indicio de que estamos despertando y dispuestos a echar la pelea. 

En cuanto a Cuties/Mignonnes, ¿realmente le dio Netflix el tratamiento inapropiado, o es la película como tal un monumento a la sexualización? La opinión está dividida en cuanto al mensaje que proyecta, pero hay que tomar el tema con pinzas porque es posible que haya predisposición ejerciendo influencia. Lo ideal sería verla y opinar desde la perspectiva de cada cual. 



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AUTORA

ROCIO DIAZ

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