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Consecuencias del modelo “freemium” en videojuegos: caso Fortnite
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Consecuencias del modelo “freemium” en videojuegos: caso Fortnite

Disponible en toda plataforma imaginable, siendo Nintendo Switch una de las últimas en agregarse a la lista, Fortnite es ahora mismo uno de los videojuegos más populares en existencia, con 125 millones de jugadores activos, según datos ofrecidos a mediados de agosto.

Así como es de popular, Fortnite es en ocasiones un título conflictivo y hasta controversial, siendo uno de los debates más fuertes el tema del crossplay entre plataformas y la sonora negativa de Sony unirse al fenómeno alegando, entre otras cosas, cuestiones de seguridad para los jugadores.



El otro punto llamativo -y ciertamente controversial- respecto a Fortnite es el hecho de que el juego es gratis para fines de adquisición o descarga, contemplándose una serie de elementos opcionales que se adquieren con dinero.

Esta forma de operar se conoce como “freemium”, un híbrido donde el acceso a un juego o servicio es gratis, no tanto así sus elementos y opciones una vez estamos dentro. En el caso de los juegos, las compras -conocidas como microtransacciones en este ámbito- son en ocasiones pura vanidad, para fines cosméticos o decorativos, mientras que en algunas instancias hay elementos que ofrecen alguna ventaja o beneficio que vale la pena explorar y adquirir.

En el caso de Fortnite, al decir de sus jugadores, las microtransacciones no ofrecen nada de valor al usuario. Aun así, en apenas un mes, segun se informó, Epic Games -el creador del juego- se embolsilló nada menos que 300 millones de dólares por este concepto. En general las microtransacciones de este juego andan por el orden de los mil millones de dólares.

¿Qué tiene de malo que Epic Games genere dinero a partir de las microtransacciones? Desde un punto de vista capitalista, esto es perfectamente aceptable y hasta necesario para fines de permanencia a través del tiempo. Sin embargo, el modelo freemium puede traer dolores de cabeza a más de un nivel, no solo por el lado del consumidor.

El principal inconveniente de microtransacciones en un juego como Fortnite es que a veces no hay control sobre el gasto en que pudiera incurrirse por esta vía. Esto resulta especialmente certero en el caso de padres cuyos hijos tiene el juego instalado en dispositivos vinculados a sus tarjetas de crédito. A modo de ejemplo, el año pasado un chico en Gran Bretaña acaparó titulares por incurrir en gastos por el orden 6,000 libras esterlinas al jugar Jurassic World.

El hecho de que las microtransacciones con cierta frecuencia causan problemas de este tipo ha llevado a organismos como Pan European Game Information (PEGI), que clasifica juegos y trata de regular el tema para advertir de violencia y otros contenidos potencialmente malsanos, a exigir la inclusión de una etiqueta visual que advierta de la posibilidad de comprar elementos online como parte de los títulos.

Esta es la etiqueta que PEGI quiere que se incluya en juegos con microtransacciones

Por el lado del desarrollador o creador, el modelo freemium también puede ser un problema, en este caso derivado de cuestiones de ambición o quizás una mala asesoría.

Veamos el caso de Fortnite: recientemente se anunció su disponibilidad en equipos Android, pero este no se descarga desde la tienda Google Play como sería lo habitual, sino que es necesario ir a la página del juego y bajar un instalador para los fines.

Epic Games optó por este mecanismo con la finalidad de evitar repartir sus ganancias por microtransacciones con Google, que en su rol de intermediario contempla una comisión. Este es un derecho que asiste a la compañía, pero tal parece la decisión le salió cara: esta semana Google advirtió que el instalador deja la puerta abierta a hackers.

La vulnerabilidad, admitida por Epic Games, podría poner en riesgo la seguridad e integridad del equipo de los usuarios, pero, aún así, los de Fortnite optaron por criticar a Google por divulgar la advertencia, acusándolos de pretender ganar puntos de “relaciones públicas”.

Ustedes, como potenciales jugadores y usuarios de Android, ¿que opinan? ¿Peca Epic Games de irresponsable o trató Google de aprovecharse de la situación para desalentar la práctica? Recuerden: todo esto ha derivado por un tema de microtransacciones.



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AUTORA

ROCIO DIAZ

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