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Opciones en mascarillas transparentes: Atmos y Cliu
Cliu

Opciones en mascarillas transparentes: Atmos y Cliu

Tras cinco meses de pandemia, y aún cuando se reportan avances en el tema de las vacunas, el responsable de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ofreció en estos días unas declaraciones poco halagüeñas: quizás nunca haya solución para COVID-19. 



¿Qué quiere decir esto? La primera lectura es que estamos feos para la foto en el sentido de que la normalidad que tanto anhelamos de repente está fuera de nuestro alcance. En términos más específicos, significa que por el plazo inmediato se mantienen en pie las normativas de distanciamiento social, lavado frecuente de manos, higienización y uso de mascarillas.

De todas estas medidas, la más incómoda es la del uso de mascarillas, y por ese motivo no han cesado en estos últimos cinco meses los intentos por hacerlas más cómodas, ligeras, respirables y hasta atractivas, llegándose incluso a ver iniciativas donde se imprimía la parte baja de la cara para dar la sensación de la normalidad perdida. 

El principal problema de una mascarilla para la mayoría de la gente es que en cierto modo desmotiva y disminuye cualquier encuentro social e intento de comunicación por la sencilla razón de que la boca queda cubierta y no hay forma de ver los gestos y así aportar más dinamismo y entendimiento a la conversación. 

La solución a este dilema sería una mascarilla transparente, y eso justamente ofrecen Atmos y Cliu, dos propuestas actualmente en preorden que van más lejos de ofrecer esta característica para ofrecer una alternativa más cómoda y funcional en conjunto que las odiosas N95, KN95, quirúrgicas y demás.

Atmos, propuesta de la neocelandesa AŌ Air, inicialmente fue creada en respuesta a la creciente contaminación ambiental, pero el financiamiento recaudado de 1.8 millones de dólares ha sido destinado en parte a desarrollar un filtro que haga la captura efectiva de virus como el infame COVID-19. 

El diseño de Atmos es llamativo porque de entrada parecen unas gafas. La idea es que el usuario ajuste esta mascarilla en la nariz y el cuello, dejando libre la barbilla y el entorno. Además de sus filtros, donde se incluye un nanofiltro para máxima eficiencia, hay abanicos que aseguran un flujo de aire purificado para el usuario. Estos funcionan con batería recargables de ion de litio que ofrecen hasta cinco horas de uso. 

Atmos es inteligente, conectando a una aplicación móvil a través de Bluetooth para ofrecer información de la calidad del aire (por GPS detecta ubicación), estatus de los filtros y calidad de la respiración. En base a un estimado de uso de 5 horas diarias, AŌ Air recomienda cambiar el filtro cada mes. Esta mascarilla, que puede incluso usarse mientras se hace ejercicio, está en preorden a un precio de 350 dólares. 

La otra propuesta, Cliu, es de un español y su socia italiana, quienes se inspiraron en la disrupción de COVID-19 para ofrecer un diseño que facilite la comunicación y la vida diaria como tal. El resultado es una mascarilla que facilita el diálogo al permitir ver los gestos y que además cuenta con un mecanismo que evita que el material se empañe con la respiración. 

Cliu ofrece tres capas de filtración, incluyendo una de carbón activado. Facilidades incluyen un tapaboca que se se levanta fácilmente para facilitar la ingesta de alimentos y bebidas sin necesidad de remover la mascarilla, aplicación móvil vía Bluetooth, estación ultravioleta para desinfección (es reutilizable) y opciones de colores para personalización. 

Al igual que Atmos, Cliu está en preorden, pero su precio es 250 euros. ¿Cuál preferirías? 



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AUTORA

ROCIO DIAZ

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