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Tras años en el limbo, la prensa “tradicional” empieza a ser reivindicada
Periodicos

Tras años en el limbo, la prensa “tradicional” empieza a ser reivindicada

¿Cuándo fue la última vez que leíste un periódico impreso? Aunque subsisten alrededor del mundo, para nadie es secreto que cada vez menos gente los compra o los lee, y que, en consecuencia, están en mala situación financiera.

Desde New York Times hasta The Guardian a nivel internacional, y pasando por dominicanos como El Nacional o el Listín Diario, la situación en periódicos es crítica, y suele señalarse a la Internet como uno de los principales culpables.

La acusación no es infundada, pues hay en Internet un flujo constante de informaciones frescas y de último minuto que no se consiguen en un periódico impreso. Además de esta obvia ventaja, están complementadas en el entorno online con recursos como video, audio y fotografía.

Mobile News
Esta suele ser la forma en que leemos noticias en la actualidad

Cierto es que la mayoría de los periódicos mantiene una presencia digital, pero, ¿cómo se sostienen? Solía ser que la publicidad era un importante soporte -después de todo, vender periódicos físicos realmente no genera suficientes ingresos-, pero ésta se ha ido erosionando también por vía de los recursos digitales.

Parte del problema es que la humanidad se ha hecho la idea de que lo que hay en Internet es gratis o, en su defecto, casi gratis, y, por eso, la noción de pagar por el acceso a noticias online resulta un tanto extraña. Esto aplica tanto a usarios individuales como a gigantes tecnológicos como Google, que, por años, se ha alimentado de estos recursos a nivel mundial.

Tras alrededor de una década de lucha, tal parece que, finalmente, se le está dando la razón a los medios que exigen compensación a Google, Facebook y otras plataformas por esta debacle.

En lo que pudiera ser un cambio permanente de paradigmas, en esta semana Google llegó a un acuerdo con News Corp. -el conglomerado de medios de Rupert Murdoch- donde se compromete a pagar por el derecho a mostrar y compartir vínculos a contenidos de esas publicaciones, que incluye periódicos como The Sun y The Wall Street Journal. Los términos del acuerdo o el monto acordado no han sido divulgados.

Previo al acuerdo con News Corp., Google acordó pagar 76 millones de dólares durante los próximos 3 años a 121 medios franceses representados por APIG (Alianza de la Prensa de Información General) por el derecho de presentar sus contenidos en la plataforma.

Como parte de este acuerdo con APIG, donde destacan Le Monde y Le Figaro, cada año Google pagará 22 millones de dólares a esos 121 medios franceses, y los 10 millones restantes son una especie de garantía de que las editoras no demandarán a Google por cuestiones de copyright -el meollo del tema- durante los tres años del acuerdo. 

Estas movidas suceden en un momento en que Australia está a punto de forzar un cambio aún más dramático en el paradigma con legislación que obligaría a Google y Facebook a compensar a los medios de ese país.

Facebook se ha negado, y la consecuencia es que no mostrará en su plataforma vínculos a publicaciones noticiosas australianas. Google, por su parte, ha cedido a la presión y ha optado por firmar acuerdos particulares con editoras y medios.

¿Es esta la mejor manera de enfrentar la  situación? Desde hace algún tiempo, varios medios han estado tratando diferentes esquemas de cobro para generar ingresos, con resultados no del todo satisfactorios.

Es un hecho que Google se ha beneficiado por años de mostrar noticias en sus resultados de búsqueda, pero, a la vez, podría alegarse que contribuyen a mandar tráfico a esos medios.

Estos acuerdos comentados aquí forman parte de un nuevo producto de Google, News Showcase, diseñado para dar participación a medios selectos y, de paso, presentar unas selección curada de contenidos licenciados. En enero pasado, tras firmar el acuedo correspondiente, Reuters se convirtió en el primer proveedor global de noticias bajo este esquema.

Está por verse si esto afecta monetariamente a los usuarios finales, pero, cabe recordar que nada en la vida es gratis. Partiendo de esa realidad, podríamos decir que mucho duró la noción de un internet “libre” y “gratuito”, ambas cosas entre comillas porque se ha demostrado una y otra vez que hay un costo asociado, sea en la forma de publicidad dirigida o en el uso indiscriminado de la data generada por los usuarios.

Mientras se desenvuelve lo que bien podría ser una nueva etapa, hay descontento entre medios franceses, tanto los que firmaron como los que no, porque no hubo transparencia en el acuerdo y, potencialmente, los 76 millones acordados podrían ser cheles comparado a las ganancias obtenidas por Google a través de estas noticias. Este dato nunca fue revelado.  

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AUTORA

ROCIO DIAZ

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