El concepto de carro volador, aunque no arranca todavía, es uno que parece fascinar a mucha gente, aún cuando su utilidad estaría limitada a la disponibilidad de aeropuertos o de pistas de aterrizaje adecuadas. Esta aclaración se hace porque hasta ahora no se ha presentado un vehículo volador capaz de elevarse por encima de los demás vehículos para luego desplegar sus alas e irse volando de un tapón, algo que sería sumamente útil para ahorrar tiempo y gasolina. Esto sería el sueño de mucha gente, y cuando aparezca un modelo así, probablemente se convierta en una historia de éxito.
Esta idea de escapar un tapón volando, aunque atractiva, parece que no es factible. Hasta ahora lo que se han presentado son prototipos híbridos de vehículos capaces de correr en condiciones normales y que además están equipados para volar, siempre y cuando haya un lugar adecuado para despegar y aterrizar. La última propuesta en conocerse en este sentido, AeroMobil 2.5, proviene de Eslovaquia y sigue este mismo camino, lo que hace preguntarse si no estaríamos ante un caso similar al de los relojes inteligentes en cuanto a utilidad y factibilidad.
La motivación tras un carro volador
A cualquiera que le mencionen la idea de un carro volador le surge una pregunta casi de inmediato: ¿podrá sacarme rápido de un tapón? Por la forma en que se han diseñado los prototipos disponibles hasta el momento, desde Moller Skycar hasta Terrafugia y AeroMobil, esta no es una posibilidad real. En vez de un escenario como este, los proponentes de carros voladores ven a estos vehículos como un medio de transporte más económico y cómodo que los vuelos comerciales de ciudad a ciudad, al menos para el caso de distancias moderadas.
Al tener un carro volador, para cuya operación se requiere de una licencia de piloto (al menos en Estados Unidos y Canadá), se evitan largas filas en aeropuertos y someterse a las restricciones y operativos de seguridad que aplican a la aviación comercial. Sería como tener un avión privado, solo que mucho menos costoso y con la ventaja de que se puede estacionar en cualquier espacio destinado para vehículos de tamaño normal (en el caso de Terrafugia y Aeromobil las alas se recogen hacia los lados, de manera que no obstruyen).
AeroMobil 2.5
Stefan Klein, cofundador y principal diseñador de AeroMobil, ha dedicado más de 20 años a su sueño de construir un carro volador. AeroMobil 2.5, tal como indica su nombre, es una evolución -la tercera generación, para ser exactos- del prototipo original, con mejoras en cuando a desempeño, funcionalidad y diseño.
La idea con AeroMobil es similar a la de Terrafugia y otras propuestas que se han visto anteriormente: un vehículo que de manera fluida hace la transición de la carretera al cielo, sin ocupar demasiado espacio y sin traer problemas en cuanto al abastecimiento del combustible. Como tal, el tanque de AeroMobil puede ser llenado en gasolineras estándar y sus medidas cuando las alas están recogidas es de 1.6 metros de ancho (el largo no varía: 6 metros), lo que significa que cabe en estacionamientos regulares.
AeroMobil, demostrado en varias exhibiciones alrededor del mundo, está hecho de acero ligero recubierto de carbono. En tierra puede alcanzar velocidad máxima de 99 millas por hora, mientras que en el aire alcanza un máximo de 124 millas por hora. Con las alas desplegadas, el vehículo tiene un ancho de 8.2 metros. Su peso es de 450 kilogramos.
ACTUALIZACION FEBRERO 2017: los planes siguen en pie y ya el protitipo de AeroMobil va por la versión 3.0, con mejoras a nivel de materiales, diseño y tecnología.