De relojes inteligentes lleva un buen tiempo hablándose. El primero en proponer esta categoría fue Microsoft, que alrededor de 2003 había desarrollado una tecnología llamada SPOT para objetos personales inteligentes. ¿La idea? Dotar de “inteligencia” a cualquier objeto, desde maceteros y magnetos de refrigerador hasta accesorios de uso común como los relojes. En efecto, los relojes de pulsera fueron los primeros objetos en recibir el tratamiento SPOT, específicamente de la mano de fabricantes como Suunto y Fossil, que en 2008 descontinuaron sus respectivas líneas.
A pesar de que no se trata de una categoría que haya ganado el nivel de tracción de los smartphones, que al día de hoy dominan en cuanto a comunicación móvil, hay indicios de que este puede ser el momento en que los relojes inteligentes finalmente despeguen y se conviertan en algo más que una novedad. ¿La evidencia? El caso de Pebble, un reloj inteligente que rompió récords en la plataforma Kickstarter y cuyos envíos empiezan mañana.
La historia de Pebble es bastante interesante. El proyecto llevaba desde 2008 en desarrollo, siendo la idea en ese entonces hacer un reloj que sirviera de complemento al BlackBerry, el modelo que aún dominaba el escenario de los smartphones. El 11 de abril de 2011 se volvió a plantear la idea en Kickstarter, adaptada a la situación actual, con la intención de recaudar 100,000 dólares. En lo que es un fuerte indicio de que sí hay un mercado para los relojes inteligentes, Pebble recaudó nada menos que 10 millones de dólares en apenas un mes y siete días, con el respaldo de casi 69 mil personas. Actualmente los pedidos de Pebble rondan las 85,000 unidades.
¿Qué hace diferente a Pebble de otros intentos en la categoría de relojes inteligentes? En este punto tan solo se puede especular, pero es probable que sea una mezcla de factores: tiempo, condiciones, avances en tecnología, público focalizado y, sobre todo, diseño. Los primeros relojes inteligentes eran voluminosos, de diseño poco atractivo y funciones un tanto limitadas. Pebble, en cambio, tiene un diseño minimalista y de líneas sencillas, con la facilidad de que el usuario puede personalizar la cara del reloj a su gusto.
La idea con Pebble, al igual que otros relojes inteligentes, es que sirva de complemento al smartphone. Compatible con iPhone y Android a través de una conexión Bluetooth, Pebble cuenta con una pantalla de papel electrónico con resolución de 144 x 168 píxeles que puede ser personalizada cuantas veces quiera el usuario con la ayuda de una serie de apps. Entre otras cosas, a través del reloj se reciben notificaciones de texto, se identifican las llamadas recibidas, se puede controlar la música y se pueden llevar registros cuando se corre o se monta bicicleta. La batería recargable puede durar hasta 7 días en funcionamiento sin requerir recarga.
Disponible en rojo, negro, blanco, naranja y gris, Pebble tiene un precio de 150 dólares y se puede pre-ordenar a través de http://getpebble.com/. Los envíos están pautados a iniciar mañana.
Pebble no es el único reloj inteligente en oferta actualmente. Sony, que anteriormente había incursionado en esta categoría (antes conocida como watch-phone), tiene uno llamado SmartWatch que funciona con Android, disponible desde el año pasado, y un fabricante italiano ofrece uno llamado I’m Watch con un diseño prácticamente copiado de Apple desde los íconos de la pantalla hasta el webite donde se anuncia y se dan a conocer sus especificaciones. Por último, debe notarse que en las últimas semanas ha estado corriendo el rumor de que el propio Apple estaría desarrollando su propia versión de un reloj inteligente y que anteriormente se había especulado que convertiría al iPod Nano en un reloj de pulsera.