Con la popularidad de Internet, las redes sociales, las aplicaciones basadas en web, la omnipresencia de dispositivos móviles y toda una cultura digital que se ha ido creando en base a estos elementos, cualquiera pensaría que el acceso a la red es una realidad tangible para la mayor parte del mundo. Sin embargo, tal como demuestra un reporte de Statista, solo un tercio de la población mundial está efectivamente online.
¿Qué significa este dato de que sólo un tercio de la población mundial está online? Muchas cosas, dependiendo de como se mire. Por un lado, viendo la data recolectada por Statista, se hace evidente que hay un desbalance a nivel de penetración del internet entre los países desarrollados y los mal llamados “tercermundistas”, lo que refleja las diferencias socioeconómicas y políticas imperantes. Mientras que en Norteamérica y Europa hay índices de penetración de 79% y 63% respectivamente, en América Latina este baja a 43%, en Asia es de 27% y en Africa de apenas 16%.
Justo la semana pasada Eric Schmidt, presidente de Google, decía en una conferencia que por cada persona online hay otras dos que están offline, reflejando así esta realidad. Al mismo tiempo, Schmidt decía que para el final de la década todo el mundo debería estar conectado a la web. Cabe preguntarse si al ritmo actual sería una posibilidad factible porque, como bien señala el informe de Statista, en países pobres raras veces el acceso a Internet es una prioridad habiendo situaciones graves a nivel sanitario y alimenticio. Por otro lado, tener acceso a Internet resulta particularmente útil para fines de educación, por tanto este es otro enfoque a tomar en cuenta.
Lo que queda claro de momento es que en países en vías de desarrollo la disponibilidad de smartphones ayuda a que haya una mayor penetración de Internet y la tendencia es a que sigan jugando un rol vital en el corto y mediano plazo.
