Desde 2006, al final de cada año un equipo de expertos y ejecutivos de IBM analiza las tecnologías existentes y las tendencias para hacer cinco predicciones que a su juicio definirán el camino de los próximos cinco años, una visión conocida como Next 5 in 5 . En esta ocasión la visión de IBM se puede resumir en una sola frase: sistemas cognitivos, los cuales serán capaces de replicar los sentidos de vista, audición, gusto, olfato, tacto.
Algunas de estas tecnologías ya las hemos visto en funcionamiento, siendo un buen ejemplo de ello los sensores en vehículos que asisten al conductor en labores de estacionamiento y las tecnologías de seguridad biométrica implementadas en pasaportes, computadoras y otros sistemas. Incluso tenemos a la mano el caso de comunicación doble vía entre usuario y equipo con asistentes como Siri, que si bien no funciona a la perfección sí da una idea de cómo sería la interacción del futuro. Sin embargo, la visión de IBM va más allá, haciendo la aclaración de que no se trata de un panorama dominado por computadoras inteligentes que sobrepasan la capacidad humana, sino de un ambiente de colaboración donde cada una de las partes aporta lo mejor de sí para obtener resultados más óptimos.
¿Qué podemos esperar para los próximos cinco años, según IBM? A continuación, un breve detalle:
-
Tacto: Robyn Schwartz, experta en temas de venta al detalle, considera que con los avances en tecnologías hápticas y sensores infrarrojos los equipos pueden evolucionar a nivel de pantallas para llevar la realidad aumentada más allá de lo visual para incluir tacto, de manera tal que al ver un catálogo de ropas o cualquier otro artículo se tenga la oportunidad de palpar el material y así poder tomar decisiones más acabadas. Este tipo de tecnología tendría aplicaciones prácticas en medicina, específicamente por el lado de salud móvil, y la industria automotriz, que podría incluir sensores para determinar si el conductor está en condiciones de manejar.
-
Vista: si bien los sistemas de hoy requieren del input del usuario para identificar imágenes, ya sea con palabras claves o una breve descripción, dentro de cinco años las computadoras serán mucho más intuitivas en ese sentido, ya que podrán ser “entrenadas” para analizar imágenes y clasificarlas de acuerdo a ese análisis. En efecto, John Smith, gerente senior de sistemas de inteligencia en IBM, predice que en cinco años las computadoras efectivamente serán capaces de comprender aquello que miran, lo cual tendría su impacto positivo a nivel laboral y en medicina.
-
Audición: de los cinco sentidos, este quizás sea el que está más avanzado en la actualidad, con amplias posibilidades que podrían materializarse dentro de cinco años. Dimitri Kanevsky, un inventor en IBM, visualiza un mundo lleno de sensores que serían capaces de detectar deterioro en infraestructuras, predecir posibles inundaciones o deslizamientos de tierra en base ruidos que normalmente pasan desapercibidos, identificar la razón por la que un bebé llora en base a los patrones del llanto o determinar el estado de ánimo de una persona según las emociones detectadas en su voz.
-
Gusto: a menudo podemos detectar comidas dañinas por el gusto amargo/agrio/descompuesto que pudieran tener. Asimismo, tendemos a rechazar o aceptar comidas en base a este parámetro. ¿Cómo pueden ayudar las computadoras en esta parte? Para Lav Varshney, en base a las preferencias de una persona y las necesidades alimenticias, las computadoras pueden asistir con programas que optimicen las comidas ofrecidas a niños en edad escolar, puede adaptar recetas a las preferencias de la gente y sustituir alimentos en caso de ingredientes de temporada o que no apelan al gusto del comensal.
-
Olfato: al igual que el gusto, el olfato nos ayuda a identificar comidas dañinas, y esta habilidad de detectar problemas ocurre a otros niveles por igual (el olor a humo, por ejemplo, es un indicativo de un posible incendio, información que nos sirve para tomar la decisión de pedir ayuda y abandonar el lugar). Según lo ve el doctor Hendrick Hamann, en cinco años, los sensores dotados de la capacidad de detectar olores y analizarlos según el contexto servirán para optimizar las cosechas, detectar bacterias dañinas en alimentos, predecir cuando una persona va a enfermarse y detectar infecciones en hospitales y clínicas.