La tecnología está en todas partes, y la playa no es la excepción. No me refiero aquí a la presencia de celulares, lectores y reproductores de música en la playa, pues lo cierto es que esos aparatos están en todas partes. Más que eso me refiero a conceptos un tanto más avanzados que van de lo experimental a lo práctico.
Empecemos por algo muy básico: el traje de baño, una pieza que casi nunca falta. Trajes de baño los hay de todos los colores, con diferentes estampados y estilos para cada gusto, siendo el bikini uno de los preferidos entre mujeres. Quizás ello explica por qué el bikini ha sido la pieza escogida para hacer dos innovaciones que se han presentado en las últimas semanas.
Una de tales innovaciones es el bikini solar, una creación del diseñador neoyorquino Andrew Schneider que pretende hacer del bikini una pieza de ropa realmente funcional al estar dotado de 40 celdas fotovoltaicas delgadas y flexibles que permiten recargar de manera efectiva un celular o un reproductor multimedia. Las celdas están unidas entre sí por hilo conductivo que termina en un conector USB similar al de una laptop. El tiempo que toma recargar uno de estos dispositivos con el bikini es igualmente comparable al tiempo que tomaría con una laptop.
De acuerdo con su creador, el bikini está diseñado de manera tal que no retiene energía, lo que significa que es apto para darse un chapuzón. Sin embargo, no se recomienda hacer esto mientras se cargan dispositivos, y además es obligatorio que el bikini esté totalmente seco cuando se vayan a cargar equipos. A pesar de su concepto “sostenible”, el bikini solar no es nada barato: de 500 a 1,500 dólares, según el diseño. Por el momento estas piezas están disponibles por encargo a través de Solar Coterie.
Si no le agrada la idea del bikini solar quizás le llame más la atención el bikini que se imprime en una máquina tridimensional. Denominado N12 en honor al material de que está hecho (Nylon 12), se trata de un bikini a prueba de agua con un complejo diseño geométrico que ha sido logrado en base al método de sinterización selectiva láser.
El atractivo de la impresión 3D es que deja abierta la posibilidad de en un futuro crear un bikini totalmente personalizado con la ayuda de un scan corporal. Al igual que el bikini solar, N12 está a la venta. Cada pieza del bikini cuesta entre 200 y 300 dólares, lo que hace de N12 un experimento bastante caro.
Por último, un invento que para muchos hará sentido: una toalla que integra bocinas. Desarrollada por Hi-Fun, una compañía fundada por cuatro italianos, la toalla funciona con baterías recargables de litio e integra un conector universal de 35 milímetros que permite reproducir la música almacenada en cualquier dispositivo portátil. Las bocinas están integradas en una almohadilla desprendible, lo que permite lavar la toalla sin arruinar las bocinas.
100 por ciento de algodón y con dimensiones de 180 centímetros de largo y 80 de ancho, la toalla se convierte además en un práctico bulto, todo por menos de 85 dólares.