Todos en algún momento hemos recibido un mensaje de nuestro proveedor de servicios de data móvil y telefonía indicando que estamos a punto de agotar nuestro plan de datos, con las consecuencias que ello supone.
Para quienes tienen un plan ilimitado, una notificación de estas significa que la velocidad de navegación bajará estrepitosamente, al punto que abrir la más simple página será una tortura. Para quienes tienen planes limitados, el aviso significa que, si se quiere seguir disfrutando de data, habrá que hacer una recarga.
Tomando en cuenta que el plan de datos es lo que permite el acceso a redes sociales, aplicaciones, mensajería, e-mail y demás cuando no tenemos conexiones Wi-Fi, se entiende que el mismo pueda usarse en su totalidad a lo largo de un mes, que es el tiempo que suele pasar entre una facturación y otra. Lo que no se entiende es que antes de los 15 días se reciba una notificación de que ya se ha consumido 80% y dos días después el nefasto aviso de que ya se acabó.
Quizás al recibir un mensaje de estos piensas que te has excedido en el uso y que se trata de un caso aislado. Sin embargo, la queja parece ir en aumento entre usuarios de las distintas compañías de telefonía que operan a nivel local. Peor aún, una búsqueda en Internet sobre el tema refleja que esta realidad se repite en todas partes, inclusive en Estados Unidos.
¿Qué es lo que pasa, entonces? Antes de culpar a las telefónicas, veamos la situación por el lado de los smartphones. Aplicaciones que usan GPS y geolocalización para su funcionamiento, como es el caso de Google Maps, Waze o Swarm, se cuentan entre principales consumidores de data y estas son cada vez más comunes. De igual forma, hay aplicaciones que aunque no estén en uso se quedan activas en el fondo, consumiendo data y batería. Lo ideal al usar una aplicación es cerrarla al terminar, pero la mayoría de la gente, quizás por desconocimiento, no lo hace.
Notificaciones push, lo que hace posible recibir e-mail y otros elementos en tiempo real, es otra fuente de consumo de data, muchas veces innecesariamente. La mayoría de los smartphones vienen por default con esa opción activada, pero el tema se resuelve fácilmente yendo a la configuración. Igual ocurre con aplicaciones que se actualizan automáticamente: a no ser que estemos permanentemente conectados a Wi-Fi estas actualizaciones ocurrirán a costa del plan de datos, contribuyendo a su agotamiento. Streaming de video y música es por igual fuente importante de consumo de data, con incidencia mayor según el nivel de calidad.
Hay una serie de configuraciones en el smartphone que pueden manejarse para reducir considerablemente el consumo de datos del que no nos damos cuenta. Todo dependerá de las necesidades de cada cual. Es también una buena idea verificar cuales son las aplicaciones que más data consumen y, de ser posible, bajar una aplicación que ayude a mantener un control sobre el tema.
Aunque en ocasiones el smartphone puede contribuir a un consumo excesivo de data, como reportaron usuarios de iOS 9 con Wi-Fi Assist, ello no quiere decir que las telefónicas estén exentas.
Veamos el caso del plan de datos “ilimitado”: pese al nombre, la realidad es que hay un límite de ancho de banda establecido, y cuando este se supera, lo “ilimitado” sigue, pero a una velocidad irrisoria de alrededor de 256 kbps. Esto es injusto y hasta cierto punto engañoso, razón por la cual el año pasado la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) de Estados Unidos multó a AT&T tras recibir denuncias de sus clientes por este concepto. Ojalá y el INDOTEL haga lo mismo aquí algún día.
¿Qué hay de aquellos casos en que la data se consume en cuestión de horas? Claramente hay algún fallo ahí, sobre todo cuando mes tras mes ese comportamiento no se da, pero que haya una admisión por parte de la telefónica es casi como esperar sacarse la loto al primer intento. Peor aún, las telefónicas son rápidas a la hora de cobrar sobrecargos y multas a sus clientes, pero nunca responden de la forma contraria cuando hay fallos en en el plan de data o la señal desaparece por días.
En conclusión, la mejor forma de controlar el gasto excesivo de datos están en nuestras manos, pues basta con cerrar cada aplicación que se use en el smartphone y cambios clave en la configuración para obtener este efecto. Si como quiera persiste el despilfarro, hora de averiguar con la telefónica.