¿Tienes idea de cuantas piezas de plástico desechable consumes a lo largo del año? En Estados Unidos se calcula la cifra en 40 mil millones, mientras que a nivel global la cantidad asciende a alrededor de 640 mil millones. De estas, solo en la India se desechan alrededor de 120,000 millones.
Estos números son grandes y representan una parte importante del problema de polución por plástico presente en océanos, donde hay grandes congregaciones de islas de basura compuestas principalmente por este material, que es versátil y dañino a la vez.
El problema principal del plástico es su naturaleza desechable, la cual podemos ver en todo su esplendor en platos, vasos y cubiertos que se usan en ocasiones para ahorrarnos el fregado o bien para atender grandes grupos de personas a bajo costo y con un mínimo de limpieza. Es también el estándar cada vez que se pide comida a domicilio.
Al terminar de comer lo más normal es mandar todo eso al zafacón, de donde pasará eventualmente a un vertedero, que es donde empieza el verdadero problema. Muchos países no cuentan con la infraestructura necesaria para reciclaje efectivo. Aparte de eso, aun cuando hay una tendencia hacia lo biodegradable, muchas piezas de plástico no cuentan con esa característica, lo que dificulta el proceso en grado sumo. A todo esto debe añadirse la falta del cultura y la mala costumbre de la gente botar sus cosas donde mejor le plazca.
Para combatir lo que a la clara es un problema mundial, con consecuencias muy reales, hay una empresa india, Bakeys, que en 2010 introdujo el concepto de cucharas comestibles, una idea que va a la par con los envases comestibles de David Edwards.
Las cucharas, de las que se venden alrededor de 1.5 millones de unidades al año en la India, están hechas de arroz, trigo y sorgo. De estos tres, el sorgo es la opción más sostenible porque su cultivo requiere 60% menos agua que el arroz y es posible su cosecha en 95% de la tierra cultivable del mundo. Se estima que con la energía requerida para hacer una sola cuchara de plástico se hacen 100 de sorgo.
Lo mejor de estas cucharas es que, al finalizar la comida, se pueden comer. No tienen preservativos, son libres de lácteos, están certificadas como vegetarianas y son libres de grasas trans. En caso de que una persona no desee comerlas, estas cucharas se degradarán naturalmente en 3 a 7 días.
Bakeys ofrece estas cucharas en versión dulce y con especias además del sabor original. Son ideales para helados, sopas, yogurt y similares. Pese a estar hechas de harina son resistentes al entrar en contacto con líquidos o calor por la forma en que es amasada la base. Pueden almacenarse por hasta dos años en un lugar seco.
Actualmente hay una campaña de crowdfunding a nombre de Bakeys con la idea de expandir la producción para incluir tenedores y otras opciones. Un paquete de 100 unidades vale alrededor de 4 ó 5 dólares, ligeramente más costosas que sus contrapartes de plástico. Esta diferencia en precio podría reducirse con volumen, según Narayana Peesapaty, fundador de la compañía.