¿Cómo es tu cara? ¿Amigable, seria, responsable o tímida? Una compañía israelí promete mediante machine learning e inteligencia artificial clasificar cualquier persona en una de varias categorías de personalidad con tan solo tener acceso a su imagen facial.
La compañía, fundada en 2014, se llama Faception y promete un sistema escalable y preciso a la hora de hacer sus clasificaciones, las cuales están basadas en estudios de ciencias sociales y de la vida en sí. El objetivo es mejorar la seguridad pública y la eficiencia de las comunicaciones con un enfoque ajustado a cada tipo de personalidad de antemano, resultando esto último particularmente práctico en áreas de marketing y ventas.
Tecnología de reconocimiento facial es una que existe desde hace varios años, aunque de manera tímida por las implicaciones de privacidad que encierra. Aún cuando estamos constantemente expuestos en redes sociales y es más fácil que nunca obtener y publicar fotos de cualquier cosa, el tema de la privacidad es uno que constantemente está sobre el tapete, algo paradójico cuando día tras día comprobamos que, efectivamente, ya este concepto -en su estado clásico, al menos- no existe.
A diferencia de otras tecnologías de reconocimiento facial desarrolladas, el interés de Faception no es identificar caras por nombre y apellido, sino determinar quien, a nivel de personalidad y objetivos, es esa persona que aparece frente a las cámaras. Una especie de evaluación por perfil o profiling basada en algoritmos y la más avanzada tecnología de punta.
El sistema desarrollado, disponible en nube, cámara o computadora, es capaz de clasificar a una persona en base a la información de su cara en una de varias categorías, incluyendo términos tan específicos como jugador profesional de poker, delincuente de cuello blanco o promotor de marcas. Cada una de estas categorías cumple con una serie de características que se reflejan en la cara y que, según la ciencia en la cual se basa esta tecnología, tienen su origen en el ADN de cada cual. Pedófilos, terroristas e investigadores académicos también pueden identificarse por esta vía.
Según Faception, un promotor de marcas es una persona segura de sí misma y con una personalidad carismática y magnética que tiende a ser sociable, directa y práctica, cualidades complementadas por alto intelecto y buena habilidad verbal. En cambio, un delincuente de cuello blanco tiene a ser carismático y a tener alto coeficiente intelectual pero baja autoestima y una expresión ansiosa o frustrada. Un pedófilo, por su parte, suele tener baja autoestima y ser introvertido, calculador y falto de emociones.
Para su implementación en sistemas, Faception ofrece un kit de desarrollador. La tecnología es altamente escalable y es compatible con otros sistemas que complementarían sus funciones. Sus posibles aplicaciones van desde la seguridad pública a nivel de aeropuertos, fronteras, edificios y estadios hasta soluciones personalizadas de marketing e interacción día a día con robots, que se han puesto de moda como asistentes personales. Incluso las áreas de finanzas, contratación de personal, casinos y seguros pueden beneficiarse.
¿Funciona esto? Faception puso a prueba su sistema con los ataques de París: de los 11 terroristas vinculados la tecnología clasificó a 9 de ellos como potenciales terroristas solo en base a sus fotos, sin ningún otro tipo de información. De los 11 solo 3 tenían algún record previo y por ende figuraban en bases de datos policiacas. Hay una demostración disponible en el website, pero la misma requiere de autenticación de parte del usuario.