Pese a la enorme cantidad de medios electrónicos y digitales a la mano, el consumo de papel a nivel mundial sigue siendo alarmante. En Estados Unidos, por ejemplo, el uso a nivel general ronda los 208 millones de toneladas y se estima que un usuario promedio de oficina gasta 10,000 hojas al año.
En términos ecológicos el consumo anual por persona en Estados Unidos equivale a 5.57 árboles de 40 pies al año, mientras que en Bélgica, según datos de 2012, el número es aún más alto: 8.5.
Queda claro que la idea de una oficina sin papeles sigue siendo una quimera, aún cuando tenemos computadoras, smartphones, tabletas, lectores, correo electrónico y mensajería instantánea a la mano. La paradoja queda evidenciada cuando vemos el dato de que el consumo de papel ha aumentado en aproximadamente 50% en los últimos 30 años.
¿Cómo hemos llegado hasta aquí? Tal parece que la necesidad de imprimir papel, aún en instancias que no se justifican, supera a cualquier campaña de concienciación. No ayuda el hecho de que en algunas ocasiones la cultura y mentalidad tradicionales se imponen a las nuevas formas y herramientas de trabajo.
La data disponible respecto al consumo creciente de papel y su impacto sobre el medio ambiente da la idea de que de nada ha servido desarrollar sistemas de pagos electrónicos ni equipos o programas diseñados justamente para automatizar las tareas en la oficina y depender menos del papel.
Todavía vivimos en una sociedad que depende del papel para legalizar y validar procesos, donde las propias autoridades exigen andar con papeles para esclarecer cualquier situación y donde el sistema de impuestos sobrevive entre papeles a los que se sacan copias infinitamente, llenando archivos y gavetas de manera repetitiva.
Tanto uso de papel ha dado pie a numerosas campañas y proyectos que buscan reducir su consumo. No es solamente que la producción de papel tiene impacto directo sobre los árboles, sino que representan un problema desde el punto de vista de basura y reciclaje.
Una de esas iniciativas, Día Mundial Libre de Papeles de la Asociación de Manejo de Información e Imagen (AIIM), busca no sólo reducir el uso de papeles un día al año, sino que tiene el objetivo de contribuir a eficientizar procesos y aumentar la productividad.
Parte del problema reside en que hay acceso desigual a internet, equipos y educación electrónica. Muchos gobiernos alrededor del mundo carecen de los recursos para implementar soluciones totalmente digitales, y en esa misma medida los comercios no pueden depender solo de estos medios para servir a sus clientes. Desde este punto de vista falta mucho para que un mundo sin papeles sea una realidad factible.