¿Quién dijo que las botellas plásticas necesariamente son un desperdicio? Rothy’s, una startup de San Francisco, Estados Unidos, aprovecha un material que es demasiado abundante -y difícil de eliminar- para crear zapatos cómodos, atractivos y, sobre todo, sostenibles.
El proceso para hacer estos zapatos, de momento solo disponibles en la modalidad flats o balerinas, implica adquirir botellas plásticas (usualmente de agua) en centros de reciclaje que luego son sometidas a una máquina trituradora que convierte todo ese plástico a delgadas láminas que a continuación pasan por un proceso de extrusión. Es así como nace una fibra que a pesar de provenir del plástico es suave y flexible a la vez, dando a los Rothy’s un aspecto de tela.
Para completar el proceso, una impresora tridimensional se encarga de hacer los tejidos que conforman la parte superior del zapato. La construcción se hace en una horma que sirve de modelo, con ayuda de un programa de computadora. El resultado es un zapato de ajuste perfecto que al carecer de costuras, elásticos, hebillas y otros elementos habituales genera pocos desperdicios durante su proceso de creación.
Las tres partes de un Rothy’s
Tres elementos conforman los Rothy’s: la parte superior, que es fijada con calor, la plantilla, hecha también de materiales reciclados montados sobre una base foam reciclable, y la suela, hecha de goma. El ensamblaje final se hace a mano.
Los Rothy’s están disponibles en varios colores, en diseños puntiagudo y circular. Solo están a la venta a través de su website, con precios de 125 y 145 dólares según el modelo que se elija. Al tratarse de zapatos tejidos, los mismos permiten al pie respirar, con la ventaja añadida de que pueden meterse en la lavadora en caso de ser necesario.
