Calles irregulares, llenas de hoyos y desperfectos, son la norma en casi todas partes del mundo, sin importar lo desarrollado o solvente que sea el estado. ¿A qué se debe esto? En parte es una cuestión de mantenimiento, pero lo cierto es que la forma tradicional de hacer una vía no ayuda.
El concepto tradicional
Aparte de los planos de lugar, hacer una calle, avenida o camino implica usualmente el establecimiento de una base de hormigón que luego será revestida de asfalto, un material viscoso que se aplica en caliente y cuyo principal componente -bitumen o betún- deriva de la destilación fraccionada del petróleo.
Parte del problema con la construcción tradicional de vías de tránsito es que hay una serie de elementos, entre ellos drenaje y cableado, que quedan por debajo de todo eso, siendo esta la razón por la que hay que picar calles y avenidas cuando se presentan problemas tan comunes como una fuga de agua, con la inversión de recursos y caos a nivel de tránsito que ello representa.
Plástico al rescate
Las vías, al igual que muchas otras infraestructuras, pueden ser más inteligentes y funcionales en su diseño. Anteriormente se han visto ideas tan futuristas como el pavimento solar propuesto por Scott y Julie Brusaw, con aplicaciones programadas en algunos puntos de Estados Unidos. También existe una interesante propuesta de la holandesa VolkerWessels que implica el uso de plástico reciclado.
Llamado PlasticRoad, el concepto no solo aprovecharía todo ese plástico que desechamos, sino que contempla un diseño funcional de secciones con huecos en su parte baja para la fácil inserción y gestión de elementos como tuberías y cableado, así como para evitar inundaciones.
Este pavimento plástico permitiría reducir el tiempo de construcción de vías en hasta un 70 por ciento al consistir las mismas en secciones prefabricadas y modulares que por demás facilitan el mantenimiento. La huella de carbono asociada es menor que la del asfalto tradicional, un material que se considera responsable del 2 por ciento de todas las emisiones anuales de dióxido de carbono asociadas a transporte (1.6 millones de toneladas) a nivel mundial.
Al tiempo que son más livianas y manejables, las vías de plástico ofrecerían otros beneficios a considerar. Para empezar, se trata de un material más duradero que el asfalto, que por lluvias, exceso de uso y vicios de construcción tiende a erosionar con ciertta facilidad. En términos generales, se estima que la duración es entre dos y tres veces mayor que la de una vía tradicional de asfalto.
PlasticRoad está siendo ejecutado por KWS, parte de VolkerWessels, el fabricante holandés de tuberías plásticas Wavin y Total, un proveedor de servicios integrados de energía mejor conocido por sus bombas de gasolina. Para finales de 2017 el consorcio planea tener un prototipo listo, con posible aplicación funcional en la ciudad de Rotterdam en Holanda.