Después de más de 24 años disfrutando de videojuegos como Ghost and Goblins, World of Warcraft, Ninja Gaiden, Punch Out, y Dark Souls, he llegado a la conclusión que, dentro del mundo de los videojuegos los usuarios pueden dividirse en dos grandes grupos.
Por un lado, existe el tipo de jugador que por nada del mundo quiere recibir spoilers que le faciliten el juego, sobre todo cuando se trata de pasos tan cruciales como eliminar a un jefe u otros obstáculos.
Para esta clase de jugador, donde me incluyo, parte de la emoción es pasar el juego por cuenta propia, aún cuando ello le cueste innumerables horas intentando avanzar, muriendo y repitiendo las mismas acciones.
La contraparte de estos jugadores son aquellos que activamente buscan guías e información que le indiquen cómo superar niveles en los juegos, así como un detalle de los errores de programación que podrían permitir su avance sin muchos contratiempos, pasando de largo elementos interesantes -y potencialmente cruciales- de la historia que encierra el juego.
¿Cuál grupo es mejor? Depende de como se mire. Desde el punto de vista de que los videojuegos ayudan, entre otras cosas, a desarrollar puntería, estrategia y resolución de problemas, se hace evidente que el jugador que piensa y que no busca el camino fácil es quien realmente le saca provecho al recurso a este nivel.
Con esto no quiero decir que los jugadores que buscan spoilers y guías no disfruten de los videojuegos, pues se trata de un estilo y hay que ver cuales son los objetivos que persiguen. Todo lo contrario, disfrutan el juego, sobre todo la satisfacción de avanzar rápido, pero muchas veces el afán de encontrar atajos le arruina la experiencia a otros jugadores que quizás no están en esa misma línea.
De aquí surge una pregunta que probablemente ande rondando por las cabezas de muchos jugadores: ¿hasta qué punto se puede ver afectada la experiencia de juego por estar haciendo trampas o buscando información y errores que sirvan de ayuda en el avance del mismo? Ya se sabe que hay quienes activamente buscan estos recursos, pero a veces los efectos no se limitan a ellos.
Veamos el caso de juegos multijugador y otros en donde se compite activamente con otros usuarios. ¿Qué tiene de divertido jugar usando la cabeza, ideando tácticas y definiendo estrategias cuando los demás ya conocen los atajos y por ende terminan la misión antes de tiempo?
Lamentablemente parece ser una norma que los jugadores actuales no quieren coger lucha con los juegos. Tan solo quieren comprarlos, pasar los niveles, sacar todos los trofeos y llegar al final sin mucha dificultad. ¿Para qué? ¿Será una extensión de la inmediatez que se ha hecho acompañar por efecto de redes sociales y mensajería instantánea?
Esta fue una de las razones por las qué deje de jugar World of Warcraft y el por qué me estoy desencantando de Destiny 2. En vez de tratar de descifrar cómo se superan los niveles, los jugadores buscan de manera exhaustiva información sobre como hacer las mazmorras y redadas de estos juegos, sin siquiera haberlos jugado. Estos jugadores son los que en vez de sentarse a tratar de idear un plan de acción con el grupo para pasar el nivel mandan a ver un video tutorial en Youtube para que todos los integrantes sepan que es lo que tienen que hacer de antemano.
Son estos jugadores los que incitan a utilizar errores del sistema para poder hacer mas fáciles los niveles y no tener que coger lucha. Ya los jugadores no se dedican a intentar descubrir las temática de los videjuegos y sus niveles. el sentir esa satisfacción al momento de eliminar un jefe sin ningún tipo de trampa. Esto ahora mismo parece ser una visión idealista que es cada vez más escasa.
No quiero con esto sonar elitista ni mucho menos arrogante, pero cuando uno acaba un juego sólo usando la cabeza existe cierto nivel de satisfacción que no se encuentra cuando uno lo acaba siguiendo los pasos de una guía o con la ayuda de un error en el mismo. Los juegos son para pensar y, contrario a la creencia de nuestros padres, tutores y maestros, estos recursos son útiles para desarrollar ciertas habilidades que con el tiempo serán más que beneficiosas.