A propósito de las oleadas de basura que nos trajo la tormenta Beryl hace unas semanas es mucho lo que se ha hablado de la contaminación por plásticos y de la necesidad de crear conciencia entre los dominicanos sobre este tema.
Uno de los mayores culpables de esta penosa situación -dentro y fuera de la República Dominicana, pues debemos recordar que el problema es mundial- son las botellas plásticas de agua, refrescos o jugos que tan comunes nos resultan en cafeterías, aeropuertos y atracciones turísticas.
Para que se tenga una idea de que tan alarmante es la situación, en julio del año pasado reportaba el periódico británico The Guardian que el consumo de botellas plásticas rondaba un millón por minuto, siendo la expectativa que para 2020 la cantidad vendida alcance el medio billón.
Esas son MUCHAS botellas, y la mala noticia es que se estima que alrededor del 91 por ciento de todo ese plástico no llega a ser reciclado. Cifras como estas no solo ponen las cosas en perspectiva sino que nos ayudan a entender el fenómeno de semanas atrás en el Malecón de Santo Domingo, el cual fue ampliamente documentado a través de imágenes y videos que, tristemente, dieron la vuelta al mundo.
Hay que hacer hincapié en dos cosas: el problema de los plásticos que nos arropan es GLOBAL, y es culpa de todos. Entre todos esos desechos que amenazan con superar la cantidad de peces en el mar hacia 2050, según advirtiera la navegante retirada Ellen MacArthur hace un tiempo, uno de los principales culpables son precisamente las botellas plásticas, usualmente de agua, como dejan entrever imágenes y videos del desastre natural que estamos viviendo.
Nosotros como usuarios individuales de botellas, envases y otras formas de plástico desechable al que solemos dar un solo uso tenemos una cuota de responsabilidad en este tema, y por eso es una buena idea documentarse sobre alternativas sostenibles, usos conscientes y formas de reciclaje para evitar agravar aun más la situación.
Aquí en Vía Tecnológica hemos dado amplia cobertura al tema, mencionando ideas tan innovadoras como los zapatos Rothy’s hechos de botellas plásticas y pavimento que aprovecha estos desechos como materia prima. Hay asimismo variedad de alternativas comestibles, biodegradables y sostenibles en lo que respecta a envases y fundas, siendo ejemplos de ello las cucharas Bakeys de la India y los productos de la indonesia Avani Eco.
En lo que respecta a botellas para transportar líquido hay también algunas alternativas prácticas que apuestan a un uso continuo, duradero y que sea seguro para la salud humana. En este punto es bueno recordar que la reutilización de botellas plásticas, sobre todo cuando se someten a calor, frío u otras condiciones fuera de lo normal, no es recomendable ya que resultan un medio idóneo para liberar tóxicos y reproducir bacterias.
Una alternativa sostenible a botellas de agua tradicionales es Hydaway, un concepto que tres años atrás hizo acto de presencia y que ahora vuelve con diseño renovado y más funcional en Kickstarter, donde en menos de 18 horas alcanzó su meta de recaudación de fondos de 20,000 dólares.
El hecho de que Hydaway está hecha de plástico podría parecer contraproducente en las actuales circunstancias, pero la clave de la sostenibilidad está en lo que pretende lograr, que es sustituir por un envase duradero y flexible todas esas botellas de agua que compramos y consumimos en la cotidianidad.
Para que no haya excusas, Hydaway incorpora un diseño que le permite compactarse de una manera tal que puede llevarse en cualquier parte sin ocupar demasiado espacio. El plástico es libre de bisfenol A (BPA), un componente común en plásticos duros que puede causar diversos problemas de salud, entre ellos posible infertilidad.
¿Funciona el enfoque de Hydaway? En su campaña de Kickstarter aseguran que desde 2015 han ayudado a evitar que 1,100 toneladas métricas de desechos plásticos entren a los océanos. Ahora que la conciencia parece ir en aumento, la idea es potenciar esta cifra. Para dar a un más peso a la visión, sus creadores se han unido a la iniciativa No2Plastic, que busca evitar precisamente el uso de plásticos desechables a nivel individual.
Hydaway se ha comprometido a destinar un porcentaje de los fondos de la campaña a No2Plastics. Una contribución de 35 dólares asegura una botella con capacidad para 18 onzas, mientras que por 45 dólares la capacidad aumenta a 28 dólares. ¿Se animan?
