A lo largo de sus 20 años de existencia, Google se ha enfocado en un solo objetivo: ayudar a la gente, y para ello no solo ha afinado las búsquedas en su motor, sino que alrededor de la masiva data que maneja ha creado todo un ecosistema de servicios y productos que ahorran tiempo por medio de la automatización de procesos y la integración de inteligencia artificial a varios niveles.
Podrá parecer un cliché, pero ese fue el mensaje que Rick Osterloh, cabeza de la división de hardware en Google, reiteró ayer a propósito del evento Made By Google, donde debutaron los nuevos miembros de la familia con un detalle de sus funciones y la manera en que efectivamente ayudarán a la gente a llevar una vida menos complicada y placentera.
El primer producto presentado fue la bocina inteligente Google Home Hub, cuya principal novedad es la pantalla que integra para diversas funcionalidades más allá de dar la hora. A esta siguieron Pixel Slate, definida como una nueva forma de computación móvil, y Pixel 3, la tercera generación de los smartphones de Google.
¿Cómo exactamente ayudan estos equipos a facilitarnos la vida? En un artículo anterior exploramos todo lo que ofrece Google Home Hub, por tanto aquí nos concentraremos en los equipos portátiles., empezando por Pixel Slate, un equipo delgado y liviano de bordes redondeados que ofrece pantalla de resolución superior y desempeño adaptado a la movilidad que caracteriza los tiempos actuales.
Un punto importante en Pixel Slate es que corre Chrome OS en vez de Android Pie, lo que ciertamente ofrece una experiencia de uso cercana a una computadora, cumpliendo así su cometido de productividad. La pantalla, de 12.3 pulgadas, ofrece una densidad de 293 píxeles por pulgadas, la más alta en su clase. La excelente resolución del equipo se complementa con bocinas frontales que dirigen el sonido directamente al usuario. El equipo integra además cámara frontak y posterior, ambas de 8 MP. Google Assistant viene incluido.
Aun con el enfoque con que fue diseñada, Pixel Slate sigue siendo una tableta, y por ende hay accesorios que la complementan: un teclado, que vale 199 dólares, y un lapicero que vale 99 dólares. Los precios del equipo inician en 599 dólares, siendo la configuración básica procesador Celeron de octava generación, 4GB de RAM y 32GB de almacenamiento interno. No hay ranura para SD ni puerto para audífonos. El precio incluye 3 meses de YouTube TV.
Pasemos ahora a Pixel 3, un smartphone que por vía de inteligencia artificial quiere ayudar a los usuarios con un problema más común de la cuenta: evadir llamadas molestosas y que nada aportan, como aquellas de bancos, paquetes de hoteles y demás ofertas que no hemos pedido. Para ello Google introduce una modalidad llamada Call Screen que habilita al asistente a tomar la llamada y transcribir la conversación tras identificarse como lo que es, un sistema. Este mismo asistente puede igualmente hacer reservaciones de restaurantes, una funcionalidad vista en mayo pasado a propósito de la conferencia de desarrolladores.
Respecto a la generación anterior, los modelos Pixel 3 tienen pantallas más grandes: 5.5 pulgadas para el estándar y 6.3 pulgadas para Pixel 3 XL, siendo en este caso de borde a borde e incorporando el rumoreado (y odiado) notch en su diseño. Fuera de esta diferencia ambos teléfonos tienen los mismos componentes y ofrecen la misma experiencia de uso.
El punto fuerte en Pixel 3 es la cámara, mejorada a nivel de software para ofrecer autoenfoque en movimiento, modo retrato que permite modificar el fondo luego de la captura y excepcional manejo de poca luz. Un accesorio, Pixel Stand, permite no solo recarga inalámbrica, sino convertir al smartphone en marco dinámico de fotografía. Los teléfonos integran igualmente Google Lens directamente en la cámara.
Pixel 3 ya está disponible en preorden, iniciando en 799 dólares, mientras que Pixel Stand vale 79 dólares. Precios incluyen YouTube Music por 6 meses.
