Con cada semana qué pasa parecen multiplicarse las malas noticias en la que respecta a calentamiento global, contaminación por plásticos y preservación del medio ambiente en términos generales.
Fuegos forestales implacables, inviernos excesivamente crudos y veranos cada vez más insoportables son una consecuencia directa del maltrato al que progresivamente ha sido sometido el planeta Tierra desde la era industrial, siendo la preocupación que la temperatura seguirá su tendencia alcista sin que haya una verdadera voluntad de pararla.
En vista de lo difícil que es reducir la emisión de gases invernaderos y el consumo y desecho indiscriminado de plásticos hay quienes proponen colonizar el espacio con tal de preservar la raza humana. Elon Musk y Sir Richard Branson se cuentan entre los abanderados de esta idea, la cual va en serio pese a lo absurda o inverosímil que pudiera parecer.
¿En que hemos fallado? En los últimos 20 años se ha intensificado el tema de medioambiental, enfocado sobre todo a sostenibilidad, y aún cuando hay al día de hoy diversidad de proyectos e iniciativas biodegradables que en teoría son menos dañinas que los plásticos tradicionales, tal parece que estamos en mayor peligro que antes.
Es común encontrar residuos variados en las playas, siendo un reflejo de la grave contaminación de océanos y otros recursos
Parte del problema es la forma en que se ha enfocado su solución. No basta con desarrollar alternativas biodegradables y sostenibles al plástico tradicional si no nos educamos en lo que respecta a un uso moderado y adecuado de los mismos, con énfasis en mecanismos de reciclaje y reutilización.
La triste realidad es que la producción de plástico no para, y su desecho indiscriminado, menos: se calcula que 8 mil millones de estas piezas llegan a los océanos cada año, poniendo en peligro a tortugas, focas, peces y aves marinas que las consumen o quedan atrapadas en sus redes.
El plástico está en todas partes y ya hasta forma parte de nuestra dieta diaria a través de los residuos que deja en el agua y por contaminación directa al comer pescados o mariscos que confundieron esos desechos con comida.
Se viene diciendo hace mucho que para 2050 habrá más plástico que peces en el mar, y aunque se ha tomado iniciativa de sustituir plástico tradicional basado en petróleo por alternativas biodegradables, el problema está lejos de solucionarse, como vemos en las noticias.
La verdadera solución al problema de los desechos plásticos y la contaminación que representan se resume en reutilizar y reciclar, pero eso implica un nivel de educación y conciencia que a la par debe acompañarse de las facilidades correspondientes.
De nada sirve educar a toda una población respecto a la importancia de reducir los desechos mediante reciclaje o reutilización si no se cuenta con las facilidades correspondientes. Esos bioplásticos se comportan similar a plástico tradicional al desecharse.
Iniciativas que buscan aprovechar los desechos plásticos abundan y van desde cómodos zapatos hasta carreteras y ladrillos hechos a partir de estos elementos. Aún si logramos colonizar Marte o cualquier otro planeta nos conviene aprender el arte de reutilizar para que dentro de un tiempo indeterminado no tengamos que buscar otro lugar para mudarnos. Aunque no lo parezca, aún estamos a tiempo.
