Poco a poco, sin que realmente nos detengamos a ver el panorama, el planeta Tierra se va volviendo inhóspito a muchas especies, incluyendo la humana, que es en gran medida la responsable del desastre que vivimos al día de hoy.
Océanos llenos de plástico, montañas deforestadas, ríos secos y deshielo a ritmo acelerado son el resultado de la modernidad y conveniencia que han derivado de avances tecnológicos y el desarrollo industrial experimentado en los últimos 100 años.
Las generaciones pasadas probablemente no tuvieron la visión de cómo esos avances afectarían el balance en la Tierra o la calidad de vida de futuras generaciones, y es ahora, cuando el consumo de plástico parece imparable y las grandes naciones desarrolladas poco o nada hacen por reducir sus emisiones de CO2, que vemos la extensión y alcance del daño. Si ahora la tenemos difícil, dentro de 20 años las cosas serán aún peores.
Ante un escenario tan tétrico en el que agua potable y alimentos escasearán junto con lugares adecuados para vivir, pues los mares poco a poco reclamarán terreno, científicos y poderosos empresarios vienen planteando desde hace algún tiempo la fabulosa idea de colonizar el espacio, siendo Marte uno de los destinos predilectos.
Podrá parecer un chiste o quizás una excentricidad, pero lo cierto es que la sobrevivencia de la humanidad corre peligro y la propuesta de salirse del planeta Tierra para evitar que ello no ocurra es seria y respaldada por científicos tan reputados como el físico teórico Stephen Hawking, quien en 2017 advirtió que tenemos alrededor de 100 años para colonizar Marte y otros planetas si no queremos desaparecer del todo.
Por un tema de cercanía mas que de condiciones, Marte es el destino más frecuente en estas propuestas de colonización espacial. En preparación a una eventual colonización organismos como la NASA han desarrollado concursos que tienen por objetivo desarrollar un tipo de vivienda que resulte apto para el ser humano y que pueda aprovechar los elementos ya presentes en ese planeta para hacer del proyecto algo más llevadero y factible. Hay asimismo estudios que simulan las condiciones de vida en ese planeta para diseñar ropas, mecanismos y métodos de producción de alimentos que aseguren la sobrevivencia de los colonizadores y sus futuras generaciones.
Todo lo relativo a la colonización del espacio, sin importar el destino final, luce muy futurista y lejano, pero en realidad la propuesta va tomando fuerza con cada advertencia que se hace respecto al poco tiempo que nos queda para frenar el cambio climático y otros fenómenos atribuibles al abuso al que ha sido sometida la Tierra. Es así como dese 2012 han surgido algunos proyectos que establecen claramente su objetivo de asentar humanos en Marte, siendo uno de ellos el ahora extinto Mars One, declarado en bancarrota hace unos meses por una corte suiza.
En su momento poca gente se tomó lo de Mars One en serio, pero lo cierto es que la idea de colonizar el espacio persiste y uno de los que la impulsa en la actualidad es Jeff Bezos, el CEO y fundador de Amazon, quien pone la mira en la Luna con su proyecto Blue Origin. Si a esto sumamos la insistencia de Richard Branson y Elon Musk en cuestiones de viajes intergalácticos a través de Virgin Galactic y SpaceX respectivamente, bien podemos decir que hay toda una estructura montada para llegar a esa anhelada meta. Será caro, pero -en teoría, al menos- la humanidad salvará su pellejo.
Es curioso que cada vez que se habla de colonias humanas en el espacio se plantean espacios ideales, adaptados a nuestras necesidades, donde la convivencia armoniosa, la agricultura precisa y la sostenibilidad serán claves para el desarrollo y florecimiento de futuras generaciones. Todo esto suena muy bien, pero justamente nuestra debilidad es que hemos sido incapaces de hacer eso que se plantea en la Tierra.
¿Es realmente necesario colonizar el espacio para organizarnos y hacer lo que debimos hacer desde un principio en nuestro planeta? En base a nuestro historial sería prudente predecir que esas colonias espaciales no prosperarán. En el caso de la propuesta de Bezos, resulta curioso que esta es la misma persona que preside una de las compañías más criticadas en lo que respecta al trato dispensado a sus trabajadores.
La situación actual del planeta Tierra es precaria. Se calcula que tenemos 11 años para reducir las emisiones de carbono en 45% para evitar daños mayores, pero los esfuerzos son tímidos y suelen encontrar resistencia de parte de autoridades y ciudadanos. ¿Nos salvará el espacio? Está por verse.
