¿Nos escuchan nuestros equipos? Esta es una pregunta que cada cierto tiempo surge, sobre todo cuando vemos que al navegar en ellos y usar sus facilidades encontramos publicidad que se ajusta perfectamente a nuestras necesidades del momento.
¿Será magia o brujería? Ninguna de las dos. Hay una combinación de factores aquí, y un elemento a tomar en cuenta son los asistentes de voz tipo Siri y Alexa.
Por un tema de optimización y mejora continua de sus productos, fabricantes como Apple, Amazon y Google tienen la costumbre de tomar muestras de conversaciones con esos asistentes de voz y someterlos a un análisis donde interviene personal humano. El gran problema es que -hasta ahora, al menos- ninguna de estas compañías había notificado de estas prácticas.
En las últimas semanas la práctica de escuchar extractos de conversaciones con asistentes de voz, un paso que busca optimizar la experiencia del usuario, ha estado bajo escrutinio por varios motivos: en el caso de Amazon, esta se vio forzada a admitir que guarda todas las conversaciones, aun si el usuario las borra. En el caso de Google y Apple, contratistas han admitido haber escuchado porciones de audio con detalles íntimos, lo cual supone una violación a la privacidad.
Apple ha suspendido temporalmente su programa de evaluación de interacciones con Siri y ha prometido incluir la opción de no participar en el mismo en una próxima actualización. Google hizo lo propio y Amazon también ha prometido incluir la opción de no participar en sus programas de mejoras de experiencia de usuario.
Sería fácil pensar que el problema de la falta de privacidad a manos de asistentes de voz y otras funcionalidades que implican micrófono y bocinas se circunscribe a estas tres compañías, pero no es así. En esta semana cayeron los dos grandes que faltaban: Microsoft y Facebook.
A diferencia de Amazon, Google y Apple, que literalmente fueron atrapadas con las manos en la masa, Microsoft
simplemente aprovechó la actualización de sus políticas de privacidad para hacer saber al público que sus audios son sometidos a escrutinio humano en el caso de interacciones con Cortana, su asistente de voz, y en las traducciones de Skype.
El caso de Facebook con el tema de la revisión “manual” de audios es todavía más tétrico: la compañía siempre ha negado la práctica, sobre todo desde el punto de vista de acusaciones de que las usan para anuncios y otros contenidos “a la medida”. Resulta que personal contratado por Facebook para transcribir esos audios, muchos de ellos con contenidos vulgares, ha confesado la práctica bajo condición de anonimato. En Europa se estudia si con esto se violan sus estrictas leyes de privacidad.
De momento, Facebook alega que la práctica de escuchar audios de sus usuarios lleva más de una semana suspendida, versión que fue corroborada por una de las compañías externas mencionadas por los denunciantes.
Hay un riesgo inherente a tener equipos con la habilidad de escucharnos, y es que realmente no sabemos quien podría estar al acecho. Aparte del posible interés de la compañía por tener acceso al audio para fines de mejoras hay hackers merodeando el entorno, y, en efecto, se han reportado varios casos de interferencia por esta vía. Luego está el hecho de que a lo interno de la compañía responsable se pueda sacar provecho a esos audios para fines de publicidad y otras acciones estratégicas.
Entonces, para responder la pregunta con la que inició este artículo, sí, nuestros equipos nos escuchan. Mucho ojo con lo que hacemos por esa vía.