Advertir los peligros de la tecnología ha sido un tema recurrente en Vía Tecnológica y Genoma Digital, y hoy comentaremos un caso que, a diferencia de otros, no fue un test controlado.
En conferencias de hackers “buenos” o “éticos”, es común presentar casos como el potencial hackeo remoto de dispensadores de insulina y otros similares, casi siempre del área médica, con la intención de demostrar vulnerabilidades y evitar situaciones mayores.
Hace unos días, pasó algo verdaderamente aterrador en una ciudad de la Florida. El sitio se llama Oldsmar, ubicado 17 millas al oeste de Tampa, y lo que estuvo en riesgo fue nada menos que el suministro de agua de la ciudad.
Según se reportó en las noticias, un hacker, de manera remota, ganó acceso al sistema de mantenimiento y suministro del agua de la ciudad. Una vez dentro, con la clara intención de hacer daño, aumentó 100 veces los niveles de hidróxido de sodio (lejía) en el agua, una cantidad que tiene el potencial de poner en riesgo la vida de los 15,000 habitantes del lugar.
Por fortuna, un operador del sistema vio la intrusión y tomó las medidas de lugar. Aún si no hubiese ocurrido así, antes del agua llegar a las tuberías de los residentes, sistemas de redundancia hubiesen alertado de que algo andaba mal en la composición del agua.
La presencia de lejía a esos niveles puede causar graves problemas de salud, entre ellos dificultades para respirar, inflamación de pulmones y garganta, quemadura de esófago y estómago, pérdida de la vista, baja presión y dolor abdominal severo.
Aunque no pasó a mayores, el incidente Oldsmar recuerda la vulnerabilidad que es depender de sofisticados sistemas tecnológicos que regulan cosas tan vitales como el suministro de agua.
una vez mas la tecnología como herramienta siempre será excelente ayuda, el uso que le dan algunos, rochi, deja mucho que desear