En cuestiones de servicios de paquetería hay una tendencia hacia el desarrollo de soluciones robóticas o impulsadas por drones para agilizar las entregas y reducir los costos asociados a la actividad.
Cierto es que los esfuerzos en ambas vertientes avanzan y prometen, pero, antes de llegar a ese punto, el paso lógico es la adopción de transporte elétrico, siendo esta una tendencia mundial que se enmarca en cuestiones medioambientales que buscan ralentizar el acelerado cambio climático que vivimos.
Propuestas de transporte eléctrico abundan, pero, por lo general, van a dirigidas al público individual, viéndose poca presencia a nivel de transporte colectivo o de uso institucional. Este panorama, sin embargo, puede cambiar pronto por la sencilla razón de que el tiempo apremia.
Con cada vez mayor frecuencia, las grandes compañías apuestan a un futuro de transporte eléctrico y sostenible, y a esta tendencia no son ajenas aquellas que se dedican a la entrega de paquetes, correspondencia y afines. Dentro de este grupo de conocen planes a corto plazo que involucran tanto a startups como Rivian, como a compañías tan tradicionales como General Motors.
En Estados Unidos, que sigue siendo la principal referencia para Latinoamérica, gigantes como UPS, DHL y Amazon tienen planes un tanto ambiciosos. En 2019, por ejemplo, Amazon solicitó 100 mil vehículos eléctricos a Rivian. De estos, se espera que 10,000 estén en funcionamiento para 2022. UPS, por su parte, solicitó 10 mil unidades a la británica Arrival, mientras que DHL afirma que la quinta parte de su flotilla está compuesta por vehículos cero emisión.
Hasta USPS, el servicio postal de Estados Unidos, se ha sumado a la ola verde, esto en respuesta a un mandato en ese sentido del actual presidente de ese país, Joe Biden.
Desafortunadamente, el proceso de cambio de flotilla en USPS se ha visto matizado por la controversia y las irregularidades: el contrato, adjudicado a Oshkosh Defense, solo contempla que el 10 por ciento de los vehículos será eléctrico; el resto tendrá opción de convertirse a esta modalidad con el tiempo. Peor aún, Workhorse Group, que se daba como el ganador de la licitación, de repente se quedó enganchado, reflejándose la situación en el valor de sus acciones y en prospectos a futuro.
Desde un punto de vista medioambiental, hace suficiente sentido cambiar a vehículos eléctricos, pero, ¿qué hay de la cuestión financiera?
Suele pensarse que los vehículos eléctricos son más caros que los tradicionales de motor de combustión, y esto no es mera percepción, sino una realidad. La buena noticia, al decir de representantes de esas compañías paquetería, es que este aumento en costos de adquisición se compensa por el lado de los combustibles -que no son necesarios- y el mantenimiento, que suele ser menos costoso al tener los vehículos eléctricos una cantidad menor de partes. Asimismo, suelen ser más fáciles de operar y se acoplan a la logística en el sentido de que pueden cargarse durante las noches, cuando no están en uso.
Un punto débil en los planes de trasporte eléctrico es el acceso oportuno a recursos de recarga, y esto es algo que fabricantes como Ford y otros están tomando en cuenta en sus planes. Otro punto débil, que ya lo mencionamos, es el costo superior de estos vehículos, pero es de esperarse que estos bajen una vez se masifique su uso.
Rivian, Arrival y Workhorse son apenas tres compañías metidas de lleno en el tema de los vehículos eléctricos, y da la casualidad de que son todas startups, relativamente desconocidas para quienes no dan seguimiento al tema. A ellas se unen nombres más conocidos como General Motors, que en el CES 2021 presentó su camión eléctrico para entregas, denominado BrightDrop, que se hace acompañar de un nuevo negocio dedicado exclusivamente a ese tema.
La conclusión es clara: hay buen futuro en cuestiones de vehículos eléctricos para uso comercial, al punto de que la CEO de General Motors, Mary Barra, estima que puede llegar a valer 60 mil millones de dólares dentro de los próximos 10 años.