Que sirva el presente relato de lección a cualquiera que tenga una página web y no tenga pendiente que los dominios se renuevan.
La semana pasada, Google en Argentina fue blanco de burlas luego de que, por un evidente descuido, un diseñador comprara legalmente el dominio google.com.ar por 270 pesos argentinos, equivalentes a 164 pesos dominicanos o 2.83 dólares.
¿Cómo fue eso? De lo más sencillo: un día, de repente, colegas y amigos de Nicolás Kuroña, el héroe o villano de esta historia, según se mire, empezaron a comentar por WhatsApp que los servicios de Google en Argentina estaban caídos.
Quiero aclarar que entre a https://t.co/XtzUy8WL36 vi el nombre de https://t.co/cK20BdyuxB disponible y lo compre legalmente como corresponde!
— Nicolas David Kuroña (@Argentop) April 22, 2021
Cuando recibimos ese tipo de notificaciones, lo más común es verificar que en efecto eso es así y aprovechar para tomar un pequeño descanso. Nicolás, creativo al fin, decidió ir a NIC Argentina, el administrador de dominios de ese país, y al ver que estaba disponible el dominio google.com.ar, decidió invertir 270 pesos argentinos en el. Muy astuto.
El resto, es historia. Momentáneamente, las visitas a Google.com.ar redirigían a la página de Nicolás, y, por supuesto, ganó cierta notoriedad.
Para Google, la historia tuvo un final feliz, pues el dominio fue devuelto, sin que se haya reembolsado a Nicolás sus 270 pesos argentinos. En otros casos, sin embargo, las cosas no se resuelven tan fácilmente, pues hay gente que está al acecho de dominios a punto de expirar para hacerse cargo y poner al dueño a pasar trabajo. Hablamos de “domain squatting”.
Para finalizar, un dato: aunque inicialmente se dijo que el dominio de Google en Argentina había expirado, reportes luego indicaron que hubo alguna situación inusual que permitió la venta antes de tiempo, pues, en realidad, está supuesto a vencer en julio. Aún así, no está de más aprender de este caso.
