Ahora que hemos entrado al segundo semestre de 2021, dos cosas nos quedan claras. La primera es que la pandemia por COVID-19 aún no cede del todo, con nuevas variantes que se añaden a las cepas ya existentes. La segunda es que, pese a este panorama, las cosas empiezan a retomar el camino hacia la normalidad, pues ninguna economía aguanta la parálisis que hemos vivido por tanto tiempo.
Es así como nos encontramos ante una etapa que muchos optan por llamar “pospandemia” en el entendido de que seguiremos conviviendo con este virus y, por ende, hay que adaptarse a los cambios que trajo el mismo. Muchos de estos cambios, lejos de ser transitorios, amenazan con ser permanentes, lo cual abre nuevas oportunidades que quizás no resultan inmediatamente evidentes.
Uno de los sectores más afectados por la pandemia es aquel de la PyMEs, pequeñas y medianas empresas que, en muchos países, incluyendo República Dominicana, representan un importante componente dentro de la economía local.
Estos pequeños y medianos negocios, la mayoría de ellos emprendimientos individuales, se vieron de repente ante una situación donde no podían seguir operando de la manera habitual, acelerándose un proceso de transformación digital que algunas quizás jamás vislumbraron en sus planes a mediano o largo plazo.
Los dos últimos años han planteado desafíos sin precedentes para todas las organizaciones. Según Financial Express, muchas PyMEs en el mundo han quedado con poca liquidez y capital de trabajo, siendo incapaces de cumplir con sus obligaciones de garantía, activos y trámites para obtener crédito a corto plazo.
Para que se tenga una idea de la importancia de las PyMES, según reportes del Ministerio de Industria, Comercio y MiPymes (MICM), hay en la República Dominicana alrededor de 1.4 millones de micro, pequeñas y medianas empresas, las cuales representan el 98 por ciento del total de empresas. Estas generan más de dos millones de empleos , lo que equivale al 54.4 por ciento de la población ocupada del mercado laboral, y aportan un significativo porcentaje al Producto Interno Bruto (PIB) de 38.6 por ciento.
El Consejo Nacional de Comerciantes y Empresarios de la República Dominicana (CONACERD) asegura que en lo que va de año las MiPyMEs han soportado la subida de los precios de los productos de consumo masivo en más de un 36.91 por ciento, lo que le ha provocado bajas en sus ventas en un 33.5 por ciento en todo el país. Mientras, durante el 2020, las micro, pequeñas y medianas empresas dominicanas tuvieron una caída de 48.7 por ciento en sus ingresos por encima del impacto promedio en la región durante ese año por los efectos de la pandemia.
Planteado de esta manera, parece un escenario crítico. Sin embargo, las PyMEs, por su tamaño, presentan mayor flexibilidad para los cambios y pueden transformarse rápidamente, adoptar nuevos procesos, descentralizar sus operaciones y brindar servicios más personalizados, algo que las grandes corporaciones no pueden hacer.
El mejor aliado de las PyMEs en esta situación, es la tecnnología, sobre todo aquella capaz de eficientizar procesos, reducir costos y abrir nuevas oportunidades de crecimiento. En opinión de Luis Marrero, gerente general de Oracle Caribe, estamos en el mejor momento para potenciar estos negocios.
Al respecto, Marrero indica que se han identificado 4 escenarios a tomar en cuenta para este proceso:
- La automatización que trae la nube de segunda generación diseñada para apoyar a los negocios en la protección, gestión y administración segura y eficiente de los datos, simbolizando así menos trabajo manual, menos errores y mayor tranquilidad para las empresas y sus clientes.
- El segundo escenario es el de los clientes. Hoy el cliente está en el centro y no pertenece a las marcas. Puede cambiar de decisión de compra en segundos. Por eso existen soluciones con las que se pueden habilitar capacidades y entregar servicios más eficientes, conocer con certeza los movimientos de clientes, así como estar al tanto de todo el inventario y de los movimientos para una operación fluida de principio a fin.
- El tercer escenario es el de las finanzas, pues hoy las organizaciones deben manejar distintos escenarios y analizar el impacto financiero de variables como fluctuaciones en la tasa de cambio y variabilidad en la demanda de productos en el mercado. Por eso es importante tener acceso desde cualquier lugar a la organización, inclusive desde la casa, y proyectar los recursos disponibles, las probabilidades de deficiencias y, en general, planear mejor y con anticipación.
- Para finalizar, el cuarto escenario es el de los colaboradores. Hoy más que nunca las áreas de recursos humanos están al frente de las empresas y deben usar soluciones que les permitan ser ágiles, empáticas y enfocadas en sus colaboradores y sus distintos procesos. Por ejemplo, definir rápida y automáticamente si un trabajador cuenta con las condiciones físicas para operar presencial (o si debe permanecer en trabajo remoto), articular los sistemas para informar y alertar a los colaboradores acerca de una situación en particular y animar a cultura del autoservicio que permite manejar necesidades administrativas y de recursos humanos por cuenta propia.
Es innegable el impacto negativo de la pandemia por el Covid-19 en el parque empresarial y en la economía del país, pero en la medida en que las organizaciones encuentren las oportunidades -tomando como base estos escenarios- para transformarse y entregar nuevos servicios y productos se abrirán a las distintas oportunidades de mercado en el marco de esta economía digital. Y el momento es ahora.
