A nadie le gusta hacer tareas repetitivas, y justo aquí es donde entra el tema de la automatización y lo irresistible que resulta en muchas industrias.
Usar la automatización para organizar y mover cajas es un ejemplo factible de aprovechamiento de la tecnología, pero hay áreas donde esta puede causar más problemas que soluciones.
Una de tales áreas es Recursos Humanos, donde, desafortunadamente, el uso de métodos automáticos es cada vez más frecuente y extenso.
Para que se tenga una idea de la situación, compañías como Amazon dependen de sistemas automatizados para contratar, monitorear y despedir personal. Como se trata esencialmente de una máquina, no han faltado los casos de despidos injustificados y otras situaciones incómodas
Un reporte de Harvard Business School señala igualmente que los sistemas automatizados de selección de candidatos a posiciones están contribuyendo a la crisis laboral que vive actualmente Estados Unidos.
¿Qué está pasando? Es bien sencillo: estos sistemas automatizados funcionan en base a un conjunto de criterios que, en ocasiones, son demasiado limitados y estrictos.
El resultado es que, a menudo, se rechazan candidatos perfectamente adecuados, quizás hasta deseosos de trabajar, por culpa de un sistema que no profundiza por llevarse de parámetros que no necesariamente son los más adecuados.
Este fenómeno ha sido bautizado como “empleados ocultos” y resalta situaciones específicas donde un sistema falla por llevarse ciegamente de esos marcadores. Hay casos donde se rechaza a un candidato por tener una diferencia superior a seis meses entre un trabajo y otro. No se averigua el motivo de tal situación: el sistema simplemente rechaza y pasa al siguiente.
