La tecnología no es infalible, y el caso se demuestra cada vez que un fallo en algún componente de la internet afecta el acceso a servicios, recursos, información y demás.
Este martes le tocó a los servidores de Amazon Web Services sufrir apagones que dejaron a más de uno sin acceso a numerosas partes de la Internet, sin poder hacerse nada más que esperar pacientemente a la restauración de los servicios.
Amazon Web Services, mejor conocido como AWS por sus siglas, impulsa recursos tan diversos como Netflix, Tinder, Disney Plus, Venmo, League of Legends y Coinbase. Por supuesto, también impulsa sus propios recursos, y por eso hubo problemas de acceso a Amazon.com, Alexa, Kindle, Ring y otros elementos.
Quizás lo peor, aunque en nada sorprende, es que las herramientas que usan empleados Amazon para dar seguimiento a órdenes e inventarios también se vieron afectadas, y eso explicaría por qué hoy se reportan retrasos en entregas que ya estaban en proceso de salida de los almacenes.
El apagón de Amazon es tan solo un recordatorio de una realidad irrefutable: la tecnología es propensa a fallar y, cuando lo hace, los efectos son a menudo extensivos en alcance y consecuencias. Si no lo creen así, pregunten a quienes se quedaron sin acceso a su casa por culpa de este fallo.