Una de las noticias más curiosas en la prensa dominicana reseña los planes de establecer una agencia espacial dominicana, la cual representaría al país ante la Oficina de Asuntos Ultraterrestres de las Naciones Unidas (Unoosa) y se encargaría de promover la cooperación internacional en el uso del espacio para fines pacíficos.
La inciativa, según se deduce de la noticia que circula en varios medios, parte del Instituto Tecnológico Dominicano (Intec), ya que quien encabezó la reunión de trabajo realizada para discutir el tema fue el ingeniero astronáutico y espacial Edwin Sánchez, quien es profesor en esa universidad.
Para ningún dominicano es secreto que el enfoque de Intec es hacia tecnología, ingeniería, ciencia y otras áreas que realmente no son tan populares o discutidas en un país como la República Dominicana, aun si los tiempos exigen justo eso.
Una iniciativa como la agencia espacial dominicana debe mover reflexión. Por un lado, la reacción inicial es de incredulidad y de burla. En un país donde todavía se van el agua y la luz, donde no avanzamos en el tema de educación y donde la chercha es lo que deja, ¿realmente estamos preparados para meternos en cuestiones espaciales?
Podría decirse que por algún lado hay que empezar, ¿pero es esta la manera? El plan se lee como algo muy grandioso, pues hasta se habla del lanzamiento de un satélite -el primero en construirse en la RD, iniciativa, una vez más, de Intec- que tendrá por objetivo monitorear los sargazos y proteger las playas dominicanas. La agencia propuesta serviría como ente regulador.
La iniciativa no es mala, sobre todo porque se está aplicando un enfoque proactivo a un problema tan grave como es el de la presencia de sargazo en las playas dominicanas, algo que afecta sobremanera al turismo y al medioambiente.
¿Cuál, entonces, es el punto de reflexión? Son varios. Empecemos porque este tipo de iniciativas raras veces parte del gobierno. Siempre son entidades privadas las que fomentan soluciones a este nivel y las que se encargan de tratar temas que para el común de la gente podrían resultar muy aburridos, pero que son necesarios para seguir avanzando,
El resultado de esta realidad es que las informaciones, iniciativas y demás no llegan al pueblo, sino que se quedan en los estratos más altos de la sociedad, en círculos muy específicos y reducidos.
Así, por ejemplo, en el Intec se fomenta la investigación y desarrollo en distintas áreas, con resultados que son interesantes y que tienen aplicaciones en la vida dominicana, sin embargo… pocos se enteran de esas iniciativas y esfuerzos porque ni se comunican bien ni se les otorga la visibilidad necesaria.
Intec no es la única. La Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (Pucmm) es otra que impulsa este tipo de temas, pero ocurre lo mismo. Es más, ahí tenemos el Parque Cibernético y el Instituto Tecnológico de Las Américas, en condiciones no del todo óptimas y con muy escasa visibilidad.
La agencia espacial dominicana podrá ser una iniciativa de Intec, pero tal como reseña la noticia, involucra a los ministerios de la Presidencia, de Relaciones Exteriores, de Defensa, de Economía, Planificación y Desarrollo, Educación Superior, Ciencia y Tecnología, el Instituto Dominicano de Aviación Civil (IDAC). Se mencionan por igual a la Fuerza Aérea República Dominicana (FARD) y el Instituto Dominicano de Comunicaciones (Indotel).
En este punto, partiendo de la posible inversión que conllevaría la conformación de la agencia espacial y la posterior asignación de recursos estatales, surgen preguntas que deben ser respondidas: ¿Con cuántos expertos espaciales contamos en la República Dominicana? ¿Cuál es el beneficio de establecer una agencia espacial dominicana? ¿Nos pondremos a estudiar el espacio y a contribuir con el conocimiento global sobre el tema? ¿O es solo una idea para brillar y momentáneamente llamar la atención?
En este país se necesita un cambio de dirección urgente y ponernos las pilas en lo que respecta a ciencia y tecnología, pero eso es algo que debe hacerse por etapas y no de golpe y porrazo.
Quizas el espacio no sea el mejor punto de partida para lo que podría ser una revolución a largo plazo, pero como el tema está de moda, quizás se quiso aprovechar la coyuntura.