El acoso sexual no está confinado al mundo físico: en entornos online también sucede, y es así como llegamos a un fenómeno conocido como cyberflashing, el acto de enviar fotos obscenas no solicitadas a terceros, usualmente a través del smartphone.
Una modalidad que se viene usando para cyberflashing involucra el uso de funcionalidades como AirDrop, presente en equipos Apple, diseñada para facilitar el intercambio de fotos, videos, documentos y demás con los iPhones que se encuentren en las cercanías.
Un reciente incidente involucrando cyberflashing ocurrió en días pasados a bordo de un avión de Southwest Air destinado a Cabo San Lucas en México.
@teighmars @robloxsouthwestair takes airdropping nudes very seriously. #AEJeansSoundOn #WorldPrincessWeek ♬ original sound – Teighlor Marsalis
Antes de despegar, el piloto de la aeronave amenazó con no volar si los pasajeros insistían en hacer cyberflashing. Por increible que parezca, todo el asunto quedó documentado en un video subido a TikTok que se hizo viral.
El cyberflashing no es ninguna novedad, pero esta molesta práctica va en aumento, y es por eso que ya en Texas, desde 2019, se le considera un delito menor.
En Singapur, el cyberflashing se considera un crimen. En Escocia es ilegal desde 2010. Inglaterra y Gales lo categorizaron como ofensa criminal en marzo de este año.
En California, una nueva legislación daría potestad a receptores desprevenidos de demandar por recibir contenidos cyberflashing, acción que en sí representa una invasión a la privacidad de quien recibe esos materiales no solicitados.
Así va la humanidad. No usamos la tecnología para hacer el bien, sino, más bien, para molestar al prójimo y hacer algún daño.
