El ámbito tecnológico, tal como se ha estado viendo con el infame metaverso de Mark Zuckerberg, está lleno de aparentes fracasos, y otro caso que fácilmente encaja ahí es la apuesta que hiciera El Salvador hace ya más de un año al adoptar bitcoin como moneda de curso legal.
Sí, el tiempo vuela y ha pasado ya más de un año de ese evento histórico, pero reportes y análisis salidos directamente de ese país indican que el experimento no ha cumplido ni de cerca con las expectativas generadas.
Se esperaba que la adopción de Bitcoin, entre otras cosas, pusiera a El Salvador en el camino de la modernidad y la inclusión en términos financieros y bancarios, cambiando la suerte económica de un país que por décadas ha enfrentado serios problemas a ese y otros niveles.
Si bien El Salvador es ahora un país más conocido, en parte por el atractivo y la controversia que supone una movida tan inesperada como desaconsejada, no es menos cierto que el mismo entorno cripto se ha llevado cierta decepción, la cual tan solo aumenta en la medida en que todo el entramado se desinfla.
La inversión en este experimento, según reportes, alcanza los 375 millones de dólares, con pérdidas estimadas en 60 millones de dólares, algo que se explica en el hecho de que bitcon ha perdido alrededor del 60 por ciento de su valor desde el momento en que fue adoptada como moneda de curso legal en El Salvador.
Dicen los optimistas que es demasiado temprano para emitir un juicio respecto al desempeño del experimento y su eventual éxito o fracaso,, pero la mayoría de la gente ve todo el asunto desde una perspectiva más negativa.
Así como el experimento salvadoreño con bitcoin parece estar estar en un limbo, igual pasa con el proyecto de Ciudad Bitcoin anunciado en noviembre de 2021 y de los “bonos volcán” que harían posible su desarrollo: de ambas cosas se habla muy poco
¿Qué pasará? Todavía es temprano para decirlo, pero de momento el panorama no pinta muy bueno.