Sin duda alguna, el tema de moda es inteligencia artificial, impulsado en gran medida por ChatGPT y el factor “wow” que aun persiste.
¿Hacia dónde vamos? Está claro que a la gente no le importa que ChatGPT no ofrezca respuestas 100 por ciento precisas o que no está 100 por ciento actualizado.
Es más, tampoco importa que el verdadero objetivo de ChatGPT no es responder preguntas o ejecutar acciones, sino demostrar la evolución en materia de conversación fluida y natural a nivel de la inteligencia artificial.
Tal ha sido el éxito e impacto de ChatGPT que ya Google anunció su respuesta a este bot de conversación: Bard, una palabra que quizás no fue escogida tan al azar como pudiera parecer.
Bard traduce a bardo al español, y esta palabra es a su vez sinónimo de poeta, vate, recitador y trovador. Todos estos calificativos le van a la propuesta de Google y cualquier otra que se le asemeje.
Bard está basado en el modelo de lenguaje neuronal conversacional LaMDA (Language Model for Dialogue Applications), similar al modelo GPT (Generative Pre-trained Transformer) de Open AI, siendo este último la base de ChatGPT.
Google apenas anunció Bard ayer, con acceso limitado a un grupo selecto de personas, siendo la idea ofrecer un acceso más amplio durante las próximas semanas tras tomar en cuenta la reotroalimentación correspondiente.
Al combinar la extensiva base de datos a la que tiene acceso Google desde hace años para fines de búsquedas con la fluidez conversacional de LaMDA, podría ser que Bard tenga una ventaja sobre ChatGPT en lo que respecta a la calidad y precisión de las respuestas brindadas.
Esto no significa, sin embargo, que Google tenga la pelea ganada. Hay un tema de posicionamiento y llegar primero, y en ese sentido ChatGPT ha tenido bastante ventaja.
Las cosas se complican con la entrada a escena de Microsoft, que acaba de anunciar la integración de un chatbot impulsado por el modelo de lenguaje GPT en su buscador Bing para ofrecer respuestas puntuales a búsquedas.
En pocas palabras, usar Bing será como usar ChatGPT cuando se active esta facilidad, con la posibilidad de pedir acciones más allá de simples búsquedas, como, por ejemplo, planear un viaje.
Justo este es el tipo de uso que la gente está dando a ChatGPT. No es solo “háblame de física cuántica”, sino peticiones como “dame ideas para artículos” o “calcula el presupuesto de x proyecto”.
¿Se acabó el pensar con esta invasión de asistentes y buscadores impulsados por inteligencia artificial? Podría decirse que sí, que ese es el camino que transitamos.
Siendo el caso que estos sistemas se alimentan de información y otros insumos generados por humanos, ¿qué pasará cuando la humanidad, en su afán por dejar todo a una inteligencia artificial, deje de producir tales insumos?
¿Dejaremos de contar nuestra historia? Peor aún, ¿podría ser que la inteligencia artificial decida hacer su propia narrativa a partir de ese punto?
Solo nos queda esperar ver qué pasa en lo adelante. Mientras tanto, es un hecho que inteligencia artificial es el tema del momento, con integraciones cada vez más profundas a nivel de sistemas y equipos.