Barbie y Oppenheimer son los dos estrenos cinematográficos más comentados de este verano, con ambas películas atrayendo multitudes que no siempre coinciden en gustos o preferencias.
De estas dos, Barbie es, sin duda, la que mayor nivel de fiebre ha generado por un tema de nostalgia, curiosidad y marketing, mucho marketing. Un vistazo a Instagram, y abundan los videos que aprovechan la tendencia, con canciones alusivas incluidas. Moda, maquillaje, peinados.
Hay una serie de contenidos inspirados por Barbie y, como era de esperarse, los ciberdelincuentes han tomado nota y se han sumado a la ola, pero no por moda, sino para hacer caer a los incautos por vía de phishing y otras tácticas maliciosas.
Desde Kaspersky llega la alerta de fraudes usando de anzuelo muñecas Barbie, algunas de ellas de supuesta edición limitada, guardando relación con la película y sus protagonistas. Una de tales muñecas en “oferta” fraudulenta es una representación de la actriz Margot Robbie, la cual se vende en tan solo 16 dólares.
Como 16 dólares es poco dinero, la página fraudulenta descubierta por Kaspersky ofrece un “descuento exclusivo” al agregar un helicóptero por 72 dólares, con un costo total de compra equivalente a 78 dólares. Una verdadera ganga, ¿no es así?
Es un a trampa. Una vez los usuarios deciden qué productos adquirir, son redirigidos a un formulario que requiere detalles de identificación personal como nombre, dirección, número de teléfono e información bancaria. Los usuarios, sin saberlo, envían su dinero y datos privados directamente a los estafadores. Además de los riesgos financieros, esta estafa también plantea serios problemas de privacidad, ya que los datos robados podrían venderse en la Dark Web.
En lo que respecta a Oppenheimer, los investigadores de Kaspersky indican que los estafadores ofrecen ver la película de forma gratuita vía streaming, pero su verdadera intención es robar información bancaria y dinero de las víctimas.
En tales escenarios, los estafadores generalmente emplean una táctica en la que solicitan una tarifa nominal de un dólar para registrarse. Sin embargo, este requisito de pago aparentemente inofensivo podría generar una señal de alerta. Para proceder al registro, requieren que se vincule una tarjeta bancaria, lo que permite realizar cargos no autorizados y difíciles de cancelar en las cuentas de los usuarios.