Mañana es el Apple Event donde se introducirá, entre otras cosas, la familia iPhone15. El evento, llamado Wonderlust, amenaza con quedar deslucido por un asunto de geopolítica que ha afectado de manera directa a Apple.
Para quienes no están al tanto de la situación, la semana pasada fue noticia que China prohibió el uso de iPhone a oficiales y empleados gubernamentales en ese país.
Siendo el caso que China es un mercado sumamente grande e importante, el efecto ha sido devastador para Apple, reflejándose la debacle en el valor de sus acciones y en la pérdida de alrededor de 200 mil millones de dólares en su valor de mercado en apenas dos días.
El hecho de que Apple ya no es el referente que solía ser en innovación, siendo la percepción que lleva años estancada, significa que Wonderlust posiblemente no llegue a tener el impacto que la compañía esperaba.
Todo esto complica un panorama de por sí complejo, empezando por el hecho de que el mercado de smartphones lleva ya un tiempo a la baja, siendo el punto luminoso la subcategoría de plegables, área donde Apple aun no se aventura a participar.
Tras el fiasco de iPhone 14 a nivel de ventas, hay expectativas un tanto elevadas en torno a lo que ofrecerá la familia iPhone15, aun si estos teléfonos mantienen el formato estándar.
De momento, uno de los principales cambios será la implementación de puerto USB-C en sustitución del habitual Lightning, decisión tomada por presión de la Unión Europea.
A la larga, el cambio a USB-C podría tener grandes beneficios para los usuarios, pero en el plazo inmediato significará un gasto extra en accesorios porque, se supone, los cargadores de modelos anteriores no funcionarán aquí.
Volviendo a China y la creciente prohibición de iPhone, prohibición que se teme se extienda a empresas privadas, hay un tema aquí que se veía venir.
Como si se tratase de una venganza planificada, China justifica esta movida aduciendo que Estados Unidos podría estar espiando a sus ciudadanos a través de equipos Apple.
En pocas palabras, China revierte la acusación de espionaje que le hiciera Estados Unidos años atrás, ensañándose de manera específica contra Huawei, ZTE y otros.
Al día de hoy, Huawei se mantiene como la principal víctima de esa acusación de Estados Unidos, y siempre se especuló que, tarde o temprano, China haría lo mismo con una de las compañías estrella de su rival. El momento parece haber llegado, afectando a Apple de manera quizás insospechada.
Curiosamente, la movida china se da en un momento de mucha tensión geopolítica: en estos momentos hay una crisis diplomática en desarrollo que involucra a Reino Unido y China, con la primera acusando a la segunda de infiltrar espías en su gobierno.
¿En qué parará el asunto? China tiene todas las posibilidades se cerrarse al resto del mundo y, como quiera, triunfar, pero eso iría en contra de sus aspiraciones de dominio mundial.
Por ahora, solo nos queda esperar el Wonderlust de mañana y seguir viendo cómo se desarrollan los acontecimientos.