¿Sientes temor ante el avance de la inteligencia artificial? Llevamos un año hablando sin cesar del tema, gracias a desarrollos como ChatGPT, y en todo este tiempo tan solo aumenta la aprensión hacia el uso indebido que puede darse a esta tecnología.
Aun cuando la IA puede encerrar más beneficios que problemas, en la práctica ya se han visto algunos retos y algunas situaciones que señalan la necesidad de poner reglas antes de que sea muy tarde.
En el tema de desinformación y fake news, por ejemplo, la IA puede representar un serio problema porque se hace cada vez más fácil manipular escenas, o bien generar escenarios totalmente inexistentes pero igualmente creíbles
Esto ya entra en la categoría de deepfakes, y de un puñado de casos donde se buscaba, quizás, hacer daño a personalidades o confundir al enemigo, se ha pasado a una frecuencia cada vez mayor de incidentes que ya no se limitan a celebridades o figuras políticas.
Se ha visto también el caso de trabajos totalmente realizados por estas herramientas, desde ensayos y libros hasta fotografías y pinturas, sin que se den los créditos correspondientes a la tecnología en cuestión.
Peor aún, se ven violaciones a derechos de autor por la forma en que herramientas como ChatGPT y el modelo de lenguaje que la impulsa son entrenados con información públicamente disponible pero no necesariamente para libre uso.
Son muchos los abusos que pueden cometerse por vía de la inteligencia artificial y, para evitarlos en la mayor medida posible, la Unión Europea ha logrado una histórica ley para regular el uso de esta tecnología
La referida Ley, pactada tras 36 horas de intensas negociaciones entre las partes, es de amplio alcance y, tal como ocurrió con el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR), se espera que siente las bases para otras legislaciones alrededor del mundo.
A fin de proteger a los ciudadanos, la Ley contempla prohibiciones respecto al desarrollo de sistemas biométricos capaces de identificar gente en base a su orientación sexual o etnia.
Asimismo, prohíbe la recolección indiscriminada de caras desde la internet, ya sea a través de foto o video, para desarrollar sistemas de identificación facial, siendo este un tema que en el pasado ha generado mucha controversia.
Nuevos requerimientos de transparencia para modelos de uso general, como es el caso de GPT-4, fueron incluidos en esta Ley de la IA, mientras que se contemplan reglas más estrictas para modelos más poderosos.
Las prohibiciones contempladas en esta Ley entrarán en efecto dentro de 6 meses, mientras que los requerimientos de transparencia entrarán en vigencia dentro de 12 meses.
Se estima que en alrededor de 2 años entrará esta Ley en vigencia en todos sus aspectos. Se establecen multas de hasta el 7 por ciento de la facturación global a las empresas que violen lo contenido en esta legislación.
Otros puntos contemplados en esta legislación están orientados a ofrecer mayor protección a tenedores de derechos de autor, otro elemento altamente debatido en cuestiones de IA.
Según reportes, el aspecto más debatido de esta Ley fue la pertinencia de otorgar acceso a sistemas de identificación biométricos en espacios públicos a las autoridades del orden en el caso de ciertos crímenes que así lo ameritasen.
Este es otro punto que ha sido motivo de controversia en el pasado, siempre dejándose abierta esta posibilidad de acceso en situaciones muy especiales. Como suele ocurrir con esas concesiones, el temor es que, tarde o temprano, se abuse de la facilidad.
El futuro inmediato pinta un tanto compejo, y lo más probable es que piezas como esta Ley de la IA sean sometidas a un constante escrutinio en base a los desarrollos que se sigan viendo en inteligencia artificial y la forma en la que la humanidad interactúa con estos.
