Apple, sobre todo en lo que respecta al iPhone, no está en su mejor momento, y muestra de ello es que las gafas de realidad aumentada Apple Vision Pro, disponibles ya en preorden, resultan una propuesta más llamativa que el último teléfono en salir.
El fenómeno no es nuevo. En términos de ventas, al iPhone 14 no le fue bien, y todo indica que iPhone 15 está por seguirle los pasos, reflejándose esta tendencia en recientes bajas en el valor de las acciones de Apple.
Parte del problema es que Apple parece haberse acomodado en su fama de ser lo más buscado y esperado en smartphones, sin realmente innovar al nivel que lo hace competencia.
Comparado al año 2007, cuando salió el primer iPhone, las tiempos han cambiado considerablemente, pero Apple insiste en sacar algunas mejoras incrementales que carecen de impacto real.
El resultado es que la compañía luce desfasada y rezagada ante una férrea competencia donde cámaras, funciones especiales y una serie de facilidades de uso suelen acaparar no solo titulares, sino la atención del público.
Quizás esta realidad irrefutable sea el impulso tras el informe de que Apple viene agresiva en iOS 18, destacándose la integración de modelos de lenguaje amplio (LLMs) e inteligencia artificial generativa en iMessage, Siri y otras áreas.
Siendo el caso que llevamos más de un año hablando de inteligencia artificial generativa, modelos de lenguaje y demás, podría decirse que Apple, una vez más, llegó tarde a la fiesta.
¿Serán suficientes los cambios en iOS 18 para asegurar un mejor recibimiento del próximo iPhone en salir? Será en junio, cuando se realice la WWDC, que nos enteraremos de las novedades en este sistema operativo; y no será hasta septiembre que veremos el nuevo iPhone, del cual ya se rumorea traerá sensor más grande en la cámara.
En lo que se definen las cosas, Apple poco a poco va perdiendo el misterio y el encanto asociados a su ecosistema cerrado, y eso lo debemos a la Unión Europea.
Primero fue el cambio forzado de Lightning a USB-C en iPhone, una movida diseñada para cumplir con la Unión Europea y que, a la larga, beneficia al
público en general por un tema de estandarización.
Ahora, en atención a la Ley de Mercados Digitales, Apple ha tenido que dar su brazo a torcer en lo que respecta a la App Store, iOS y Safari.
A partir de marzo, a través de una actualización a iOS, usuarios de iPhone en la Unión Europea podrán comprar y descargar sus aplicaciones desde tiendas de terceros, terminando así la exclusividad que siempre ha caracterizado a la App Store.
Con el cambio también se abre la posibilidad de realizar pagos a través de otras plataformas más allá de Apple Pay y de elegir otros navegadores aparte del habitual Safari.
Por supuesto, los cambios igualmente abren esas posibilidades a los desarrolladores, pero ahora tendrán que pagar 50 centavos de euro por cada instalación anual de aplicación después del millón de descargas.
Asimismo, Apple cobrará 17 por ciento de comisión a desarrolladores que opten por usar otros procesadores de pagos que no sean el de la compañía.
Las críticas a Apple por estos cargos no se han hecho esperar, con Spotify a la cabeza, indicando sus ejecutivos que es una farsa el cumplimiento de Apple con la Unión Europea.
A todo esto, Apple alega la Ley de Mercados Digitales de la Unión Europea reduce su capacidad de respuesta ante malwares y otros peligros asociados a esa libertad de opciones para bajar y comprar aplicaciones.
Al salirse del entorno Apple, la compañía no puede garantizar un 100 por ciento de protección o soporte oportuno, justificando así algunas de las medidas que acompañan esos cambios.