¿Sorpresa? OpenAI refuta a Elon Musk en una detallada entrada en su blog. Saquen las palomitas, que la novela se pone buena.
Resulta que, tal como muchos quizás imaginaron, Musk ni es santo ni filántropo, y eso queda demostrado en una serie de correos electrónicos intercambiados entre este personaje y el resto de los ejecutivos de OpenAI antes de abandonar la empresa en 2018.
Musk, uno de los cofundadores de OpenAI en diciembre de 2015, llegó a sugerir mil millones de dólares como suma de financiamiento inicial para que la compañía tuviese éxito en su misión de desarrollar una inteligencia artificial general (AGI).
Fue también Musk que sugirió y empujó a la creación de una estructura con fines de lucro para que OpenAI pudiese seguir su camino, pues lo cierto es que el desarrollo de una AGI no solo es un proyecto ambicioso, sino que requiere de cuantiosos recursos, muchos más de los que se habían anticipado.
Resulta que Musk quería tener el control de esta estructura con fines de lucro dentro de OpenAI, y para esto aspiaraba a tener una participación mayoritaria, fungir como CEO y tener el poder sobre la junta directiva.
En lo que se llevaban a cabo estas discusiones, Musk, en su estilo habitual, retuvo el financiamiento que inicialmente se había comprometido a cubrir.
Al ver que el resto de los jugadores no estaba dispuesto a aceptar sus exigencias, llegó a sugerir en febrero de 2018 que OpenAI formase parte de Tesla, la cual sería una vaca lechera en esta operación
Poco después, Musk decidió abandonar OpenAI de manera un tanto ruda, pues a modo de despedida auguró cero probabilidad de éxito y afirmó que estaría trabajando en un rival de AGI digno de competencia para Google a lo interno de Tesla.
Seis años después, las cosas salieron al revés para Musk: OpenAI es un éxito, no existe tal competidor formidable salido de Tesla y, vaya sorpresa, ahora parece querer una tajada del pastel.
Todo indica que le será muy difícil obtener esto último.