Por enésima vez se “desenmascara” a Satoshi Nakamoto, supuesto creador de bitcoin, pero, como ha pasado en ocasiones anteriores, el acusado niega ser el elusivo personaje.
Lo anterior se lee como un rompecabezas, y por eso vamos a desenredar este tema por partes.
Bitcoin fue creada en 2008 bajo una ideología de libre mercado por un tal Satoshi Nakamoto, un nombre que puede hacer alusión tanto a una persona como a un grupo de personas.
La identidad real de Satoshi, quien desapareció en diciembre de 2010, casi dos años después de que arrancara bitcoin, se desconoce hasta el momento.
Hay numerosas teorías que pretenden explicar por qué Satoshi, en vez de abrazar la fama y el poder que en teoría le ha conferido su creación, prefirió desaparecer, y la más socorrida es que prefiere el anonimato.
Por aquello de que el ser humano es insaciable y un tanto obstinado, hay quienes insisten en seguir el rastro -prácticamente inexistente- de Satoshi y jugar al detective con tal de identificarlo y exponerlo al mundo.
Numerosos intentos se han hecho por desenmascarar al verdadero Satoshi, cada uno desatando inusitado interés que suele terminar en acoso y persecución contra el señalado, quien siempre niega ser el autor de bitcoin.
El más reciente de estos intentos fue un documental realizado por Cullen Hoback, “Money Electric: The Bitcoin Mystery”, el cual fue estrenado en HBO el 8 de agosto.
En este documental se llega a la conclusión de que Peter Todd, desarrollador canadiense, es Satoshi Nakamoto. Todd, al igual que otros antes que él, lo niega, procediendo a esconderse para no lidiar con las consecuencias del señalamiento.
Para Hoback, realizador del documental, la clave central de su conclusión es el lenguaje corporal de Todd al ser confrontado con la supuesta evidencia. Para Todd, se trata todo esto de un circo que busca generar likes.
¿Quién tiene la razón? No se sabe, pero una pregunta más interesante sería qué importancia tiene desenmarañar el misterio que rodea al creador de Bitcoin.
La respuesta a esta última pregunta depende de cómo se mire la cuestión: hay quienes entienden es un dato irrelevante, pero otros opinan que debe de exponerse a Satoshi para que responda a preguntas sobre su invento y para que dé la cara ante gobiernos y entidades que han apostado a bitcoin.
Es posible que no ganemos nada conociendo la identidad real de Satoshi, pero, como indican Todd y otros señalados, quienes se ven marcados por este misterio sí sufren consecuencias nada agradables en términos de privacidad, paz y tranquilidad.
