Científicos de la Universidad de Washington han demostrado recientemente una tecnología que parte de una premisa muy simple: aprovechar la abundancia de señales que hay dispersas en el ambiente, entre las que se cuentan radiofrecuencias, wi-fi y ondas de televisión. Si bien ninguno de nosotros ve o siente estas señales, lo cierto es que están ahí, en el mismo aire que respiramos, con una utilidad que hasta ahora no es aprovechada del todo. Con retrodispersión ambiental, conocida en inglés como “ambient backscatter“, el panorama bien pudiera cambiar a nuestro favor.
Quizás la principal ventaja de la tecnología de retrodispersión ambiental es la posibilidad de usar estas señales dispersas en el aire para comunicarnos sin baterías, algo especialmente útil en esta época de súper smartphones que ofrecen toda clase de funcionalidades pero cuyas baterías simplemente no dan abasto. Otros ejemplos incluyen la transferencia totalmente inalámbrica de fondos de una tarjeta a otra y la comunicación entre sensores y objetos de uso diario para traspasarse información de utilidad entre sí. En cada caso no se requieren baterías de ningún tipo.
¿Cómo funciona esto? Lo primero que debemos recordar es que estas señales inalámbricas no solo facilitan la comunicación, sino que se por sí son una fuente de energía. Los dispositivos lo que hacen entonces es aborber y reflejar estas señales para entablar comunicación.
La visión del equipo de científicos de la Universidad de Washington es que la retrodispersión ambiental conformaría la base para hogares y comunidades verdaderamente inteligentes, donde objetos como un sofá pueden alertar al usuario acerca de haber dejado las llaves del carro ahí, información que permitiría ahorrar tiempo y ser más productivos. Se prevé que esta tecnología resultaría particularmente útil en el mantenimiento adecuado de infraestructuras viales mediante el uso de sensores que alerten de posibles problemas que a simple vista no se detectan.
Retrodispersión ambiental es una tecnología que fácilmente puede ser integrada en paredes de concreto y techos, sin necesidad de mantenimiento alguno, ya que no requiere de baterías para hacer su trabajo.