¿Tienes una idea que te gustaría ejecutar pero no tienes los medios para hacerlo? Esta es una situación demasiado común en el mundo entero: gente creativa que no tiene forma de poner sus ideas en ejecución, ya sea porque tienen miedo a endeudarse, porque no son sujeto de crédito o porque no cuentan con el apoyo moral necesario. En Estados Unidos, y expandiéndose por Europa y América Latina, el fenómeno del crowdfunding surgió como una respuesta a esto, con resultados que hablan por sí solos.
En términos simples, crowdfunding es financiamiento en grupo, para lo cual se tiene una plataforma en la que se exponen las ideas, junto con un plan de ejecución, bosquejos y una escala de retribuciones conforme a la cantidad de dinero contribuida para fines del proyecto. En Kickstarter, que es una de las más conocidas y usadas, las recaudaciones tienen por lo general una duración de un mes, aunque en otros sitios, como Indiegogo, puede ser por más tiempo. En la mayoría de los casos, los planes se ejecutan conforme se recaude la cantidad establecida como meta, usualmente devolviéndose el dinero en caso en contrario (según las reglas establecidas por cada plataforma, este no siempre es el caso).
Como forma de lograr apoyo entusiasta del público, en crowdfunding es común establecer una escala de beneficios a futuro según la cantidad de dinero contribuida individualmente. Puede ser que se manden elementos promocionales, que figuren los nombres de los contribuyentes en los créditos o que se brinde acceso preliminar a avances o actualizaciones. Cada caso es diferente y la escala dependerá de los objetivos y necesidades.
Pudiera decirse que el crowdfunding sirve para algo más que recaudar fondos. Tal como se vio con Canonical y su intento de financiar por esa vía su primer smartphone Ubuntu, el medio sirve para determinar si hay un mercado para la idea que se plantea y por igual permite calcular la cantidad óptima de unidades que debe tenerse en inventario para evitar excesos que en términos de tiempo y espacio pueden salir caros.
En el caso de Canonical, si bien hubo respuesta entusiasta inicialmente, al cabo de los 31 días de su campaña no pudo recaudar los 32 millones de dólares que se había propuesto, lo cual llevó a la compañía a postergar sus planes, no sin antes llegar a valiosas conclusiones respecto al proyecto. Sin duda estas conclusiones han servido retomar el proyecto, decisión anunciada a finales de febrero, con disponibilidad pautada para otoño de este año.
A través de plataformas de crowdfunding se ha financiado toda clase de proyectos, desde películas y producciones musicales hasta gadgets y proyectos de corte social. Incluso por esta vía se han asumido causas, como la del hacker que no quiso ser recompensado por Facebook a pesar de haber advertido de una grave debilidad a través del muro de Mark Zuckerberg.
Para que se tenga la idea del poder del crowdfunding, este dato: Kickstarter celebra haber sobrepasado hoy los mil millones de dólares recaudados para proyectos desde el inicio de sus operaciones el 28 de abril de 2009, lo cual se ha logrado con el apoyo de alrededor de 5.7 millones de personas en 224 países. Todo un hito que la plataforma está celebrando con una interesante infografía.