Muchas mujeres quisieran cambiarse el color del pelo pero no lo hacen por temor a que el tinte les maltrate las hebras o les cause alguna reacción alérgica. El dinero es otro factor que incide: estos procesos no son baratos y a menudo requieren de un regimen extensivo de tratamiento para mantener el pelo saludable y en buenas condiciones. Muchos avances se han visto en este frente a lo largo de los años, pero ninguno puede compararse a la idea presentada por científicos de la Universidad de Nuevo México y el Laboratorio Nacional Los Alamos, quienes plantean un proceso instantáneo y sin necesidad de tintes.
¿Cómo sería esto? La explicación es puramente óptica y tiene que ver con la forma en que las hebras de pelo reflejan la luz, definiendo de paso su color. Los profesores Bruce Lamartine (recientemente retirado de Los Alamos) y Zayd Leseman, ambos de ingeniería mecánica, han estado jugando con esta idea por cinco años, con la finalidad de encontrar una aplicación práctica. El resultado es lo que llaman una red de difracción aplicada a una plancha caliente para pelo.
Aplicar una plancha de estas al pelo tendría el efecto de cambiar el patrón de las hebras a nivel nano, lo cual permitiría reflejar otros colores del espectro. Aunque no se trata de una idea para comercialización inmediata, se contempla la posibilidad de intercambiar paletas con distintos patrones para así reflejar distintos colores.
La técnica, conocida como proyección focalizada de iones, ofrece los mejores resultados en cabelleras marrones, aunque funciona por igual para rubios y negros. Algo importante es que la tecnología descrita aquí no se limita a usos cosméticos: Lamartine y Leseman ven posibles usos en cuestiones de seguridad y para eficientizar mecanismos de inyección de combustibles.
Aunque funcional, sin duda alguna lo que más llama la atención es la posibilidad de cambiar el color de pelo sin tintes, algo que muchas mujeres agradecerían infinitamente, no tanto así los salones de belleza.