¿Azul y negro o blanco con dorado? En todas partes del mundo la gente se hizo esta pregunta la semana pasada, todo por culpa de un vestido fotografiado de una manera que resulta en visualizaciones indecisas. Aunque ya sabemos la realidad del vestido, vale la pena saber por qué se dio el fenómeno en primer lugar.
De entrada, salgamos de la duda: el vestido es azul y negro, y, ojo, no confundir con la nueva versión limitada blanco con dorado sacada por el fabricante, Roman Essentials, para acomodar a un público que literalmente enloqueció con la prenda de vestir.
Si el vestido es azul y negro, ¿cómo se explica que tanta gente lo viera blanco y dorado? Karen Braun, especialista en la ciencia del color para PARC, una compañía de investigación y desarrollo Xerox, recuerda una gran verdad: el color es subjetivo, y ello se debe a que los sistemas visuales del ser humano son todos diferentes.
Cierto es que todos tenemos conos y bastones en la retina para fines visuales, pero la cantidad y disposición de los mismos varía de persona a persona. La visualización de colores también se ve afectada por la coloración amarillenta que adquieren nuestros ojos con la edad y las complicadas conexiones del cerebro.
Aunque todo esto explicaría por qué algunas personas ven las tonalidades con más intensidad que otros, para fines del vestido falta algo más, y todo se resume en que la foto que inició el debate estaba sobreexpuesta, un dato confirmado con la ayuda de Photoshop. En estas condiciones, y quizás reflejando la luz ambiente de donde fue fotografiado, el negro puede parecer dorado y el azul no sale tan intenso, resultando en una coloración más neutra que, con ayuda de otros elementos, pudiera pasar por blanco.
Pueden ver el análisis de Karen Braun aquí, junto con los histogramas de Photoshop. Ya resuelto el misterio, el vestido sigue dando de qué hablar: en esta semana apareció en versión forro para iPhone, disponible en ambas tonalidades, y hoy apareció un anuncio de The Salvation Army que se vale de la versión blanca con dorado para llamar la atención sobre violencia doméstica, que suele manifestarse en hematomas de tonalidades azules y negras. En definitiva, es un asunto de aprovechar el momento.