Si eres de los que comen sin control, tan solo para arrepentirte algunos minutos después, de parte de la Universidad de California en Los Angeles (UCLA) hay buenas noticias: científicos allí han desarrollado un collar que advierte al usuario sobre estas cuestiones.
A simple vista, considerando la epidemia de obesidad que afecta no solo a Estados Unidos, sino a la mayoría de los países en Occidente, un producto como WearSens hace sentido. Sin embargo, al tratarse de un wearable que se coloca en el cuello, con el objetivo de que un sensor recoja las vibraciones que se producen en la garganta al pasar la comida, este quizás no sea un éxito inmediato de ventas.
El objetivo de WearSens es simplemente llevar un registro de lo que consume el usuario y emitir alertas cuando detecta que se ha sobrepasado el límite o que la alimentación no es la más correcta. Un sensor piezoeléctrico, en base a las vibraciones de la garganta, se encarga de recolectar la información, logrando distinguir con alto nivel de precisión entre comidas sólidas y líquidas durante una serie de pruebas.
Aunque no se trata del wearable más discreto o cómodo, pues más que un collar es una gargantilla, WearSens podría ser un buen aliado para aquellas personas que desean bajar de peso o bien mantenerlo. Para los fines toma en cuenta la edad, peso, tamaño y metas del usuario. Además de controlar el consumo de alimentos, WearSens determina qué tan rápido come la persona y ofrece consejos para una buena alimentación.
Hasta ahora WearSens ha sido probado en 30 personas diferentes y con un menú limitado, con una precisión de alrededor de 90% a la hora de distinguir entre sólidos y líquidos. Los estudios preliminares demuestran que este dispositivo sería capaz de determinar cuando se tragan pastillas, lo que significa que podría usarse para monitorear pacientes que siguen estrictos regímenes medicinales.