¿Se acuerdan de la venganza por escarcha que revolucionó la redes en enero pasado? El concepto probó ser tan popular que su creador capituló y vendió el negocio para salir de esa presión. Si creían que esto de la venganza era una moda pasajera, Send a Jart demuestra lo contrario.
A diferencia del concepto de la escarcha, que aunque potencialmente dañino provoca más risa que otra cosa, el servicio de Send a Jart lleva las cosas más lejos al usar lo que bien podría definirse como un arma biológica personal: flatulencias concentradas en un frasco.
Sin duda es una de las ideas más infantiles y menos originales en llegar al nicho de mercado que constituye el afán de venganza, pero, conociendo a la gente y su morbo, de seguro que tiene un público asegurado.
La página de Send a Jart asegura que este servicio, por el cual cobran 10 dólares, es real. Todos los métodos imaginables de pago son aceptados por la vía de PayPal. Similar al servicio de la escarcha, aquí se tiene oportunidad de incluir una nota personalizada a la víctima. Se puede elegir entre tres tipos de olores para el contenido (¡!).
Están advertidos: si algún día reciben un frasco y no tienen idea de donde llegó, mejor bótenlo, no vaya a ser que haya una explosión de olor nada agradable. Eso sí, Send a Jart no es peor que Shit Express, un servicio que hace justo eso que se están imaginando (¡yuck!).