Basta una mirada a los mercados para saber que todos los caminos conducen a una recesión, y todo indica que será de alcance global.
De manera particular, las acciones de empresas tecnológicas llevan semanas con una fuerte tendencia a la baja: Amazon, Google, Netflix y Twitter se cuentan entre las muchas que han acaparado titulares por esta causa.
En muchos casos, la causa de la baja en el valor de las acciones obedece a resultados trimestrales que no concuerdan con las expectativas, a lo cual se suman prospectos no del todo halagüeños para los próximos meses.
Es así como hoy, repentinamente, las acciones de Snap perdieron 30 por ciento de su valor tras el cierre de los mercados.
¿Qué propició esto? Resulta que el CEO de la compañía, Evan Spiegel, informó a sus empleados en una nota -registrada parcialmente en la Comisión Nacional del Mercado de Valores de los Estados Unidos (SEC)- que Snap probablemente no cumpla con sus propias metas de ingresos y ganancias para este trimestre.
Spiegel menciona un ambiente macroeconómico que se ha deteriorado más rápidamente que lo anticipado como la razón por la que probablemente no se alcancen estas metas, las cuales fueron compartidas apenas el mes pasado.
Factores citados por Spiegel incluyen creciente inflación, crecientes tasas de interés, problemas en la cadena de suministros, impactos externos, específicamente el conflicto Rusia-Ucrania, y disrupciones laborales.
Caprichosos y poco realistas como son, los mercados reaccionan negativamente ante esta clase de anuncios, por lo que no sorprende nada que Snap haya tenido el bajón registrado.
Indicios de que las cosas no están muy buenas se vienen viendo desde hace meses. Apple, por ejemplo, es una de las compañías que no decepcionó al presentar resultados trimestrales, pero esta misma advierte que los próximos trimestres quizás no sean así.
Amazon, que presentó resultados por debajo de lo esperado, está buscando subarrendar al menos 10 millones de pies cuadrados de espacio de almacenamiento que le sobran en la actualidad.
Con la pandemia en baja, ha habido una merma en compras online, lo que ha dejado a Amazon con un exceso de capacidad de almacenamiento que ya no necesita.
Además de subarrendar, Amazon también está buscando terminar contratos de arrendamiento con los propietarios de esos almacenes, algunos de los cuales están ubicados en Nueva York, Nueva Jersey, Atlanta y el sur de California.
Esta es la época de practicar la prudencia, y en ese sentido Amazon busca recortar gastos que no aportan ningún beneficio. Asimismo, Snap reducirá el volumen de contrataciones por lo que resta del año.
Sin duda, los osos reinan en esta vuelta.