Siempre se dice que las actualizaciones son truculentas y, ciertamente, lo hemos visto en Windows, iOS y otros sistemas operativos.
¿Qué pasa cuando la actualización afecta directamente el desempeño de vehículos con funcionalidades semiautónomas?
Como ya se sabe, los Tesla caen en esta categoría, y lo cierto es que las funciones de autonomía son provistas por un software que se actualiza cada cierto tiempo.
Los carros, sean mecánicos, eléctricos o de combustión interna, son piezas particularmente delicadas en el sentido de que cualquier error puede salir caro al conductor.
Seeing some issues with 10.3, so rolling back to 10.2 temporarily.
Please note, this is to be expected with beta software. It is impossible to test all hardware configs in all conditions with internal QA, hence public beta.
— Elon Musk (@elonmusk) October 24, 2021
Usuarios Tesla que participan en el programa FSD (Full Self Driving) Beta probaron este punto al recibir una actualización del software, la 10.3, que tuvo que ser retirada por la compañía apenas 36 horas después por el potencial de accidente que encerraba.
Esta versión del programa estaba plagada de errores de seguridad y otros tipos, pero lo verdaderamente peligroso era que los Tesla frenaban repentinamente ante una advertencia del sistema de colisión frontal inminente.
Según reportaron los propios conductores, estas alarmas se disparaban sin razón alguna que la justificara. En varias ocasiones, según se reporta, los vehículos llegaron a frenar de golpe, causando potenciales choques por detrás.
Elon Musk, quien hace tiempo desmanteló su departamento de relaciones públicas, ha justificado estos errores al indicar que en una beta son de esperarse. Desde el punto de vista de lo que es software crítico de seguridad y lo que implica manejar, esto es una irresponsabilidad.