¿Se reedita la novela Twitter con la oferta no solicitada realizada por Elon Musk a OpenAI?
Para quienes no están al tanto del último drama protagonizado por Musk, iniciando la semana lanzó una oferta por 97.4 mil millones de dólares para adquirir junto con otros inversionistas la parte sin fines de lucro de OpenAI.
¿Cómo así? Esta es una historia enredada donde se conjugan egos, ambición y hasta rencillas personales.
Lo primero que hay que entender es que OpenAI no es una típica compañía. Al fundarse en 2015, lo hizo bajo un esquema de organización sin fines lucro. En 2019, presionada por la realidad de los recursos que exige en desarrollo de la IA, pasó a un modelo híbrido donde la parte sin fines de lucro controla a la parte que tiene ánimos de lucro.
Antes de continuar con el relato, es importante recordar que Musk fue uno de los fundadores de OpenAI y uno de los que animó la cuestión de generar ingresos para seguir con el desarrollo, abandonando la misma en 2018 cuando no le complacieron su deseo de tener el control.
Con el paso de los años, especialmente cuando Microsoft se mete de lleno, OpenAI se convierte en una historia de éxito que lleva a su CEO, Sam Altman, a llevar a cabo esfuerzos para convertir a OpenAI en una compañía enteramente con fines de lucro.
Como parte de esta reestructuración, que lleva ya unos meses de desarrollo, la parte sin fines de lucro, que es la que controla en la actualidad, desaparecería.
Es aquí donde entra Musk, pues esa oferta, que representa un intento de adquisición hostil, es específicamente para comprar la parte sin fines de lucro de OpenAI, la cual fue valuada en 40 mil millones de dólares por la propia OpenAI.
La oferta de Musk es mucho más generosa, y eso representa un problema para Altman y sus planes porque la valuación de 40 mil millones se pone en entredicho.
Si te preguntas cuánto vale OpenAI en su versión de lucro, la respuesta es 300 mil millones de dólares en base a la más reciente ronda de financiamiento, pero nos desviamos del tema.
Altman, como era de esperarse, rechazó esta oferta, ofreciendo de paso comprar a X por 9.74 mil millones de dólares.
El alegato de Musk para hacer esta oferta no solicitada es que OpenAI necesita volver a sus raíces de bien y de fuente abierta. Comprar la parte sin fines de lucro garantizaría esto.
De hecho, esta es la condición que ha puesto Musk para retirar su oferta, condicionada además a que esa parte sin fines de lucro sea preservada. En pocas palabras, que Altman desista de sus planes de convertir a OpenAI en compañía 100 por ciento comercial.
Musk ha sido uno de los primeros en oponerse a esos planes y a la forma en que se ha estado manejando Altman, tanto que llegó a demandarlo por haberse desviado de los principios éticos y sanos de OpenAI.
¿Se saldrá Musk con la suya esta vez, tal como ocurrió con Twitter en su momento? Todo indica que nos esperan unas semanas de drama interminable en ese frente.
Por cierto, OpenAI tiene hasta el 10 de mayo para tomar una decisión.