El mundo está dominado por pantallas, al punto de que cuando no hay una física disponible buscamos la forma de recrearla en la forma virtual, expandiendo así su funcionalidad.
Un ingrediente importante en todas estas manifestaciones de pantalla es que están equipadas con tecnología sensible al tacto para una experiencia de uso más intuitiva y práctica, sin periféricos de por medio, como ocurre aún con computadoras de escritorio tradicionales y algunas laptops.
Ejemplos de uso de pantallas multitouch abundan, empezando por el smartphone o tableta donde probablemente estás leyendo este artículo, y por ese motivo no hace falta decir lo cómodo que nos resulta a la hora de trabajar, dibujar y hasta jugar.
Hasta ahora esta facilidad multitouch está confinada a superficies planas -pantallas efectivamente, o en su defecto proyecciones que se hacen igualmente sobre paredes, meses y estructuras planas-, pero investigadores del Grupo de Interfaces Futuras de la Universidad de Carnegie Mellon han encontrado una manera factible y económica de añadir controles táctiles a cualquier cosa, sin necesidad de hacer grandes modificaciones.
En lo que parece algo sacado directamente del futuro, los de Carnegie Mellon han desarrollado Eléctrick, básicamente una lata de pintura conductiva en aerosol. Basta con cubrir el objeto deseado -el volante del carro, una guitarra o hasta un par de tenis- con esta pintura y añadir unos cuantos electrodos para dotarlo de esa funcionalidad multitouch que tanto valoramos en smartphones.
Central a Electrick es un algoritmo capaz de leer la presión ejercida por los dedos sobre la superficie conductiva a través de cambios en el flujo de electricidad. Las posibilidades de uso son numerosas, es solo cuestión de creatividad sacarle provecho.
Si alguna vez pensaste que las ciencias y la tecnología eran aburridas, es posible que este tipo de desarrollos te hagan cambiar de opinión.
