Bancarrota, hackeo, confiscación, juego sucio… ¿qué realmente ha pasado con FTX, el intercambio cripto que empezó a dar señales de problemas dos semanas atrás?
Esta es una historia compleja donde se juntan varios elementos, empezando por la intrepidez de su fundador y ahora ex CEO, Sam Bankman-Fried, y la insostenibilidad de un entorno tan volátil y descontrolado como el de los criptoactivos.
De entrada, hay un problema fundamental que atañe no solo a FTX y otras empresas del entorno que en los últimos meses han dado indicios de que algo anda mal, y es que poca gente entiende de manera concreta todo este asunto de criptomonedas, tokens y demás.
O sea, economistas de renombre como Alan Greenspan, quien fue presidente de la Reserva Federal de los Estados Unidos entre 1987 y 2006, han declarado que activos como bitcoin no son monedas racionales. De igual forma, el reconocido inversionista y magnate de los negocios Warren Buffett siempre ha advertido que Bitcoin y demás criptoactivos terminarán muy mal.
¿Será que se ha cumplido esta profecía de Buffett con la caída de FTX? No necesariamente.
Cierto es que ahora mismo bitcoin está por debajo de los 15,900 dólares y que hay una incertidumbre generalizada en el ambiente, pero ello no impide que par de valientes hablen con optimismo del futuro cripto.
Hay, incluso, algunos analistas que ven esta situación como una oportunidad para regular el mercado cripto y realizar una profunda limpieza que eliminaría potenciales estructuras de engaño.
¿Cómo se regula algo que no se entiende del todo y que es, por demás, intangible? Esa es una de las razones por la que la mayoría de los bancos centrales del mundo y prominentes economistas suelen expresar desconfianza sobre el mercado cripto en general.
Volviendo a FTX, ¿cómo se explica que una entidad valorada en 32 mil millones de dólares colapse de la noche a la mañana?
Ambición, intrepidez, arrogancia y abuso de instrumentos financieros para soportar la estructura creada explican de manera resumida el caso.
Bankman-Fried había fundado dos compañías: Alameda Research, un fondo de inversión de activos digitales (fondo de cobertura en la práctica), y FTX, que llegó a convertirse en el segundo intercambio cripto más grande.
En base a una serie de rejuegos y prácticas que además de riesgosas no eran del todo limpias, FTX empezó a “financiar” con sus propios tokens (FTT) a Alameda Research.
Cuando las cosas alcanzaron un punto delicado, vino el SOS de Bankman-Fried, el cual fue atendido por Binance y su CEO, Changpeng Zhao, quien se comprometió a comprar la porción no estadounidense de FTX para salvar a la compañía, pero… una revisión en detalle de los libros de FTX reveló que la compañía era insalvable, y eso tumbó la compra, llevando a Zhao a anunciar públicamente que Binance estaría vendiendo todos sus tokens de FTX por la situación encontrada.
Esta movida propició una oferta de compra de parte de la CEO de Alameda Research, a razón de 22 dólares por token, y el resto es historia: el pánico se apoderó de los inversionistas, lo que llevó a una situación insostenible que terminó en declaración de bancarrota.
@cz_binance if you’re looking to minimize the market impact on your FTT sales, Alameda will happily buy it all from you today at $22!
— Caroline (@carolinecapital) November 6, 2022
En el medio del caos y la espectacular caída del imperio de Bankman-Fried empezaron a salir reportes de un posible hackeo a FTX que resultó ser, supuestamente, una confiscación por parte del gobierno de Bahamas, donde FTX se había establecido legalmente.
Esta es la versión oficial de parte de ese país, pero hay quienes ponen en duda que haya sido así y mantienen que FTX sí fue víctima de un hackeo. Igualmente se ha tirado al aire que todo esto fue orquestado por Zhao en retaliación por declaraciones anteriores poco favorecedoras de Bankman-Fried.
Sea como sea, una cosa es irrefutable: FTX, Alameda Research, Bankman-Fried y Caroline Ellison, quien estaba a cargo de Alameda Research, han caído por lo pronto en desgracia.
Quizás lo peor de esta historia es que el economista Nouriel Roubini, famoso por predecir la crisis financiera de 2007-2008, considera que serán Zhao y Binance los próximos en caer. De ocurrir esto, el tsunami cripto será de proporciones épicas.