La realidad mixta, tal como se ha venido comentando desde que Magic Leap One debutara en agosto pasado, es una tecnología que promete mucho, aun cuando no esté del todo perfeccionada.
Para probar este punto se ha unido al ruedo la finlandesa Rovio por vía de sus icónicos Angry Birds, un juego que por su naturaleza y esencia resulta ideal para probar hasta donde una experiencia de este tipo puede resultar natural, divertida y placentera al usuario.
Para sacar provecho a la realidad mixta, que tal como sugiere su nombres es una combinación de realidad aumentada y virtual respetando dimensiones y elementos presentes en un espacio determinado, Rovio trabajó una versión 3D y aumentada de Angry Birds con la sueca Resolution Games.
Esta versión del juego, llamada Angry Birds: FPS (First Person Slingshot), recrea en el mundo físico la misma dinámica que hizo de Rovio una historia de éxito en su momento. Los elementos son los habituales: un tirapiedras, las aves que sirven de munición y los cerdos verdes con sus ingeniosas estructuras, incluyendo cajas de dinamita para un extra en efectos visuales y auditivos.
Aparte de la recreación tridimensional e integrada del escenario de Angry Birds en locaciones físicas, la versión FPS del juego añade un elemento de actividad física que ofrece una ventaja al usuario al divisar su estrategia para erradicar a los malvados y burlones cerdos verdes. Como parte de la acción, el jugador puede agacharse y buscar ángulos más favorables para un efecto de mayor realismo e inmersión en el juego.
Angry Birds: FPS es el primer juego en debutar en Magic Leap One, y hasta ahora las opiniones preliminares han sido favorables, lo cual beneficia tanto a Rovio como a Magic Leap.
Para nadie es secreto que Rovio ha estado pasando por un mal momento a nivel de finanzas, siendo muestra de ello que los Angry Birds apenas se sienten. Por su parte, Magic Leap ha sido cuestionada por brindar poca información desde su formación, al punto que en algún momento se consideró que su tecnología era “vaporware”, es decir, algo inexistente.
Magic Leap One tiene un precio de 2,295 dólares, lo que significa que el acceso a esta tecnología -como suele ocurrir con avances tan novedosos y prometedores- no es barato, por eso algunas opiniones preliminares dejaron entrever insatisfacción por lo que se considera un producto aún a medias.
Quizás la buena ejecución de Angry Birds haga cambiar de opinión y abra las puertas a otros contenidos que en conjunto y a mediano plazo ayudarán a masificar la adopción, con una consecuente baja en el precio.