Binance está en problemas desde hace meses, agudizándose la situación en días recientes,, y todo guarda relación con una demanda interpuesta en junio pasado por la Comisión de Bolsa y Valores de los Estados Unidos, una entidad mejor conocida como la SEC por su sigla en inglés.
Para quienes no están familiarizados, Binance es un criptointercambio, considerado desde hace tiempo como el de mayor importancia y tamaño, y siempre se dijo que su futuro lucía incierto tras la caída en noviembre pasado de FTX, el segundo intercambio más grande en el entorno ceipto.
La SEC, Binance, particularmente la parte estadounidense del negocio, de operar de manera ilegal, acusación que no luce fuera de lugar cuando se recuerda que todo el tema de criptoactivos se caracteriza por carecer de regulación y por no plegarse a los sistemas financieros tradicionales.
Poir lo ya expuesto, para nadie es secreto que las autoridades de la mayoría de los países no comulga con el tema cripto. En el caso particular de Estados Unidos, la SEC está tomando fuertes medidas en ese entorno desde la caída de FTX.
Dicho sea de paso, el juicio contra Sam Bankman-Fried, fundador y exCEO de FTX, está pautado a iniciar el 1 de octubre, y todo indica que será un verdadero circo, con muchos matices íntimos y personales.
Hasta los padres de SBF, como se suele llamar al fundador de FTX, llevarán lo suyo, pues están siendo demandados por FTX a ver si devuelven los 26 millones de dólares extraídos de la compañía para uso en propiedades privadas, regalos y donaciones.
De vuelta a Binance, las acciones no solo bajaron considerablemente tras saberse de la demanda impuesta por la SEC, sino que hace unos días el CEO estadounidense, Brian Shroder, abandonó, sumándose así a la docena de ejecutivos de alto nivelo que se han ido de la compañía.
A eso hay que sumar por igual que 33 por ciento del personal fue despedido casi al mismo tiempo de esta salida y que más figuras claves siguen abandonando la causa.
Se prevé que el eventual colapso de Binance podría tener consecuencias casi catastróficas para todo el entramado cripto, aun si otros intercambios dan la cara y suplen las necesidades de oferta y demanda.
La razón de la catástrofe sería una posible evaporación de la liquidez en ese sector, lo que llevaría el precio de los distintos criptoactivos al suelo.